Esta noche se entregan los Premios Oscar, y la historia de la estatuilla cuenta que, dado el peso que el productor Louis B. Mayer tenía en la industria de los locos años 20, fue un hombre de su confianza el que se encargó de diseñar el galardón, dorado e imperturbable, ha mantenido su magia durante un siglo.
La misión de plasmar esa estatuilla quedó en manos del irlandés Cedric Gibbons, un director de la primera hora del cine americano. Siguiendo el criterio que Mayer respetaba, Gibbons se encargó de modelar ese modelo que se entrega en cada ceremonia de los Premios Oscar “al mérito”.
Aclarémoslo: la estatuilla que premia “la excelencia en logros cinematográficos” no es la única que entrega la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas o AMPAS (Academy of Motion Picture Arts and Sciences), ya que en su catálogo de premiaciones existen otros nueve galardones diferentes, además de algunos discontinuos: el Premio en Memoria a Irving G. Thalberg; el Premio Humanitario Jean Hersholt, el Premio Gordon E. Sawyr, el Premio al Mérito Técnico o Científico; el Premio a los Logros Técnicos; la Medalla al Mérito John A. Bonner y el Premio Juvenil de la Academia.
Además, el Premio Honorífico y el Premio Especial de la Academia, que no son un “must” de cada año, sino un “vamos viendo. No todos estos premios se materializan en la entrega de la estatuilla dorada en su fisonomía más divulgada.
Precisamente, la versión más frecuente y prolífica de la estatuilla consiste en una aleación especial encargada por Gibbons, denominada metal de Britania, que se compone de 92% de estaño, 6% de antimonio y 2% de cobre. A su vez, el producto final está bañado en oro 24 kilates y, pensando que todos querrían exhibirla, la colocó sobre una base de 34 cm de altura, de color negro, para que la figura tuviera estabilidad.
Historia de la estatuilla de los Premios Oscar
¿Pero por qué el Oscar es la silueta de un indio? En busca de inspiración, Gibbons siguió el consejo de una mujer y lo bien que hizo.
Por entonces, Cedric Gibbons estaba de novio con la actriz mexicana Dolores del Río (la primera actriz latina que puso a Hollywood a sus pies), y ella le sugirió que el actor coterráneo Emilio Fernández era una buena opción ya que su apodo de “El indio”, por su figura de mexicano recio y torneado daría solidez a la representación.
Contratarlo como modelo, requería que Fernández posara desnudo para que un escultor hiciera un diseño en arcilla, el molde que luego se rellenaría con la aleación de metales.
Cuando el artista George Stantley tuvo a Emilio “El indio” Fernández delante de sus ojos como Dios lo trajo al mundo, no dudó de que la novia de Gibbons sabía de qué hablaba.
La figura es la representación de un hombre desnudo, fibroso y con líneas duras, geométricas, que sin duda remiten al estilo art déco, de moda en los años 20.
El indio Oscar reúne los brazos delante de la cintura y sostiene una espada sobre un rollo de película de cinco radios, en alusión a las cinco ramas del séptimo arte que, a partir de 1929, serían premiadas por la Academia: productores, directores, escritores, técnicos y por supuesto, los actores.
El Premio Oscar pesaba 3,85 kilogramos. El molde de yeso original del Oscar fue fundido en una fundición de Batavia, en Illinois, en 1928.
Desde entonces y hasta 1982, todas y cada una de las estatuillas que entregó la Academia salieron dse ese molde madre, que conservaba la Fundición C.W. Shumway & Sons (donde también se hacen los Premios Emmy).
En 1983, las estatuillas comenzaron a fundirse en Owens & Company, una fundición de Chicago.
Siempre se hicieron de metal de Britania, excepto entre 1942 y 1945 cuando, por la escasez que impuso la Segunda Guerra Mundial, las estatuillas de hicieron de yeso. Al concluir la Guerra, tras la Batalla de Leningrado, a quienes habían recibido una escultura de yeso, se les envió una idéntica a los originales de metal.
Más información sobre las curiosidades de la estatuilla del Premio Oscar en: "Historia, premios y curiosidades en la alfombra roja más famosa del cine”.