Tal como había ocurrido este miércoles poco después del discurso del presidente Alberto Fernández anunciando las nuevas restricciones ante el crecimiento de los contagios por coronavirus, incluido el cierre de la presencialidad en las escuelas por dos semanas, este jueves 15 de abril cientos de personas que se oponen a esas mredidas volvieron a manifestarse frente a la Residencia Presidencial de Olivos, con cánticos, cacerolas y muchos de los automovilistas que pasaban por el lugar hacian sonar las bocinas de sus coches, para sumarse al reclamo.
Los ciudadanos portaban carteles, banderas argentinas, y se escuchan insultos y expresiones de fastidio, reeditando las escenas del miércoles, cuando los "cacerolazos" en contra de las medidas dispuestas por Fernández comenzaron en Recoleta y luego irradiaron a otros barrios de la Ciudad de Buenos Aires y de la zona norte del conurbano.
Este jueves los reclamos contra las nuevas restricciones volvieron a apuntar en Olivos, cuestionando el endurecimiento del aislamiento social, que comenzarán a regisr esta medianoche y restringirán de manera casi total la circulación nocturna de 20 a 6 de la mañana.
En un mensaje grabado desde la Quinta de Olivos, Fernández anunció el miércoles a la noche que se suspenderán las clases presenciales por dos semanas, se dispondrá el cierre de locales comerciales a partir de las 19:00, se prohibirá la circulación en las calles desde las 20:00 hasta las 6:00 y se interrumpirán las actividades sociales, recreativas y deportivas en lugares cerrados.
En Olivos se veían numerosos carteles reclamando que las escuelas permanezcan abiertas, elogiando la decisión del jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta de tratar de mantener la presencialidad desde el lunes, y también eran muchos los trabajadores y comerciantes que como sus ocupaciones no quedan encuadradas entre las tareas esenciales, pedían que se atienda la grave situación en la que quedarán teniendo que permanecer en sus casas y sin ingresos.
HB
