Deuda externa

“El FMI le exige a la Argentina un ajuste mayor incluso en año electoral”

Así lo confirmó Ariel Maciel, editor de Economía y Política de Perfil. Luego detalló que el informe técnico deja en claro exigencias y advertencias clave para el gobierno de Javier Milei.

FMI (Cedoc)

El reciente desembolso de 2.000 millones de dólares por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) marca una nueva etapa en la relación con la Argentina. Sin embargo, detrás del respaldo, el informe técnico deja en claro exigencias y advertencias clave para el gobierno de Javier Milei. Así lo analizó para Canal E Ariel Maciel, editor de Economía y Política de Perfil, quien remarcó: “Durante todo el 2025 la Argentina no tendrá que dar ningún test respecto de la acumulación de reservas; en 2026 se volverá a poner en marcha la meta”.

Maciel explicó que el staff report “elogia lo conseguido por el gobierno argentino especialmente en materia de equilibrio fiscal” pero también deja “muchos interrogantes, muchas cosas hacia futuro que todavía el fondo en su lenguaje siempre cauteloso y moderado deja muy en claro”. El FMI le otorga a la Argentina un “perdón extenso, no solamente de lo que pasó sino de lo que vendrá”, pero exige señales de ajuste, en especial en gasto social y jubilaciones.

El periodista enfatizó: “Lo que dijo el FMI es que el gobierno debe seguir resistiendo el aumento que proviene desde el Congreso”, avalando el reciente veto presidencial a leyes que implicaban mayor gasto. El informe “es muy específico en eso”, remarcó Maciel, aludiendo a la presión del FMI para frenar cualquier avance sobre el equilibrio fiscal.

Sobreexigencia y recorte en año electoral

Uno de los puntos centrales es el aumento de la meta de superávit: “El superávit fiscal que estaba planificado para este año de 1,3, el FMI lo corrige a 1,6. Le pide un ajuste mayor incluso en un año electoral, algo realmente muy particular”, describió Maciel. Si bien reconoce que la Argentina “tiene una deuda sostenible”, el FMI aclara que “no con alta probabilidad”, por lo que insiste en la consolidación del ajuste y el retorno sólido a los mercados internacionales.

El informe también apunta a las ayudas sociales y la Asignación Universal por Hijo (AUH): “Habla de empezar a ser minuciosos en lo que es el funcionamiento de la AUH y las ayudas sociales del Estado. Algo que hasta el momento estaba casi blindado”, advirtió Maciel, remarcando que el Fondo “empieza a desdibujar” su histórica tolerancia con esos programas.

Dudas sobre el rumbo monetario y cambiario

En cuanto a la política cambiaria y monetaria, el FMI demanda mayor claridad a mediano plazo: “En varias oportunidades el informe dice: hace falta mayor claridad sobre cuál va a ser la política monetaria y cambiaria del gobierno a mediano plazo”, subrayó Maciel. Si bien se elogia el desarme de las Leliq, el organismo observa que “no está claro cuál había sido el plan para llevar a esto” y demanda “un levantamiento total del cepo cambiario”, aunque reconoce que la apertura será gradual y aún no tiene fechas concretas.

Maciel destacó: “El FMI lo que dice es que el gobierno va a tener que, para volver a los mercados internacionales, seguir aumentando las tasas de interés… es la única forma que la Argentina hoy va a seguir en este contexto”. El organismo prácticamente da por sentado que el “riesgo país seguirá instalado en torno a los 700 puntos”, dificultando una reinserción plena en los mercados.

Ajuste en tarifas y preocupación por el impacto en la economía real

En cuanto a subsidios y tarifas, el FMI exige avanzar con aumentos “mensuales y sostenidos de las tarifas de electricidad”, tanto para equilibrar las cuentas de las empresas como para achicar el déficit. Maciel alertó que esto ya impacta fuerte en el tejido productivo: “Empresas medianas están evaluando cierres porque les llegaron aumentos realmente impresionantes en sus costos”, mientras que “la imposibilidad de trasladar a precios esta situación… con el dólar subiendo… inevitablemente se va a mover para arriba los gastos en gas y en luz”.

Además, el FMI reclama la puesta en marcha de un nuevo índice de precios al consumidor, que actualice los patrones de consumo y mejore la medición inflacionaria.