Luchillo: “Trump no quiere solo deportar, sino que los inmigrantes se vayan solos”
El historiador advirtió sobre la nueva estrategia migratoria del presidente estadounidense, que apunta a “intimidar” a quienes ya viven en EE. UU.
Lucas Luchillo, profesor de Historia en la Universidad de Buenos Aires, analizó en diálogo con Canal E el giro represivo en la política migratoria de Donald Trump.
De las fronteras a los hogares: el nuevo eje de persecución
“Antes, el eje era el control migratorio en la frontera; ahora es intimidar a los que ya están adentro”, explicó Luchillo al describir el cambio en la estrategia del expresidente Trump. Mientras que durante su primera gestión la imagen icónica fue el muro entre EE. UU. y México, en esta nueva etapa, “la administración de Trump ha tomado medidas dirigidas a forzar a los inmigrantes a irse o a disuadir a los que quieren entrar”.
Estas políticas incluyen inspecciones en lugares antes considerados seguros, como iglesias y viviendas particulares. En ese marco, “buscan que los dueños de las casas donde viven inmigrantes ilegales los echen”, algo que, según Luchillo, “no es fácil, ni del todo legal”.
Ante la consulta sobre qué sucede si los propietarios se niegan a colaborar, el especialista aclaró que “los dueños no están obligados a acatar una disposición del organismo migratorio, solo una orden judicial”, pero destacó que el verdadero objetivo es sembrar miedo. “Hay una función de intimidación que va más allá de lo legal”, indicó.
“Autodeportación” y una vida en semilegalidad
El concepto central detrás de estas nuevas tácticas es el de la “autodeportación”, una estrategia que, según Luchillo, “busca generar un clima donde nadie se sienta seguro”. Aunque él mismo duda de su efectividad, reconoce que el mensaje es claro: “Trump no quiere solo deportar: quiere que los inmigrantes se vayan solos”.
Además, resaltó que la mayoría de los 14 millones de inmigrantes indocumentados que residen en Estados Unidos “no viven totalmente al margen de la ley”. Muchos de ellos “mandan a sus hijos a la escuela, pagan impuestos y realizan operaciones legales que los colocan en un estado de semilegalidad”, explicó. Esta situación, según el historiador, es la que está en riesgo. “Lo que amenaza la política de Trump es esa semilegalidad que permite convivencias más o menos estables”, alertó.
El impacto, sin embargo, no recae solo sobre los inmigrantes. “También complica la vida de los estadounidenses que conviven o emplean a esos extranjeros”, aseguró Luchillo. Desde propietarios hasta empleadores, el miedo a inspecciones fiscales o a represalias por albergar inmigrantes indocumentados es una herramienta más de presión. “A los dueños los van a buscar por el lado tributario: si tenés un alquiler irregular, también estás en falta”, agregó.
En este contexto, la convivencia pacífica entre ciudadanos y migrantes se ve cada vez más amenazada. “El enfrentamiento termina siendo entre la gente, y eso es lo más peligroso”, concluyó.
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