Nicolás Salvatore: “Para ser competitivos, el dólar debería estar a $2.200”
El economista evalúa que el tipo de cambio actual sigue estando atrasado incluso respecto a la convertibilidad y plantea la necesidad de una devaluación gradual y estratégica.
En diálogo con Canal E, el economista Nicolás Salvatore analizó la competitividad del tipo de cambio argentino y sostuvo que, para recuperar dinamismo económico, “se necesitaría un dólar superior a los $2.000”.
Un tipo de cambio competitivo requiere medidas más profundas
Para Salvatore, hablar del tipo de cambio ideal no es sencillo: “La noción del tipo de cambio de equilibrio no existe”, afirmó, y explicó que es una variable que depende de múltiples factores que, a su vez, afectan al propio tipo de cambio. “Lo que tenemos que hacer es ir a un parámetro lejano en el tiempo y ver si somos más o menos competitivos que en esa época”, propuso.
El economista utiliza la época de la convertibilidad como referencia histórica: “Ahí todos estábamos de acuerdo en que había un atraso cambiario muy importante”, y agregó que si se busca un nivel competitivo como aquel, “hoy necesitarías un tipo de cambio de más de \$2.000”.
Incluso si se apunta a un escenario más moderado, “para llegar a 1,3 de la convertibilidad necesitaríamos un tipo de cambio de $1.500 por dólar”, calculó. Sin embargo, aclaró que “1,3 tampoco te alcanza si no tenés el mismo nivel de apertura que en la convertibilidad”, por lo que una corrección más profunda sería inevitable.
¿Una devaluación necesaria y manejable?
En ese sentido, Salvatore señaló que un salto cambiario controlado no debería verse como un trauma económico: “1.400 pesos por dólar es una devaluación del 50%, parece una locura, pero fue la misma que hizo Macri en 2015 y no se cayó el mundo”, recordó.
Según él, el principal temor es el efecto inflacionario inmediato, aunque aclaró que “en el año 2016 no se murió nadie” y que el impacto puede ser gestionado: “La devaluación tiene un efecto contractivo, pero también pone presión para componer las cuentas externas”.
De hecho, argumentó que un tipo de cambio real más alto podría ser beneficioso: “Si usted hace un tipo de cambio real alto, comete importaciones, defiende la industria y atrae inversiones”, explicó. En esa línea, aseguró que “cuando crece el PBI y la actividad económica, disminuye el desempleo y aumenta el salario real”.
El ejemplo más claro, según Salvatore, es lo ocurrido tras la salida de la convertibilidad: “En 2001 se cuadruplicó el tipo de cambio y los salarios reales se recuperaron recién en 2007”, explicó. Por eso, consideró que hay un temor exagerado a asumir costos de corto plazo: “Estamos hablando de una devaluación del 50%, no de cuadruplicar el dólar como en 2001”.
Para finalizar, cuestionó la falta de decisión política: “Los políticos no están dispuestos a pagar el costo de un semestre”, y advirtió que “seguir con atraso cambiario y sin abrirse nunca es una alternativa inviable”.
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