Economías regionales

San Martín, Belgrano y Sarmiento: los próceres que impulsaron la vitivinicultura argentina

José Belluscio explicó cómo los próceres fomentaron la producción de vino y advirtió sobre los riesgos de las modas actuales en el sector.

San Martín, Belgrano y Sarmiento: los próceres que impulsaron la vitivinicultura argentina (CEDOC)

En diálogo con Canal E, el experto en vinos José Belluscio destacó la relación de los próceres con el desarrollo de la vitivinicultura en el país. Recordó que José de San Martín, durante su gestión como gobernador de Cuyo entre 1814 y 1816, promovió la actividad otorgando créditos a los habitantes para plantar viñedos y producir vino. Esto significó un avance decisivo en un contexto en el que la producción estaba restringida desde los tiempos coloniales.

El especialista relató también una anécdota en la que San Martín, junto al coronel Manuel de la Zaval, cambió las etiquetas de botellas de vino mendocino y de Málaga para probar la reacción de los comensales. El resultado fue revelador: los presentes elogiaron lo que creían vino español, cuando en realidad era argentino. Ese gesto fue un espaldarazo a la calidad local.

Del mismo modo, Belgrano y Sarmiento defendieron la producción nacional. En el caso de Belgrano, su familia tenía vínculos comerciales que lo acercaron a los vinos de calidad, lo que reforzó su apoyo a la industria.

Las uvas que marcaron una época

Belluscio explicó que, en los siglos XVIII y XIX, predominaban variedades traídas por los españoles, como Catero de Alejandría y Listán Prieto (hoy conocida como criolla). Aunque no tenían una gran calidad enológica, fueron la base sobre la que luego se consolidó la excelencia del vino argentino.

Actualmente, algunos productores buscan rescatar estas cepas antiguas, pero el experto advirtió que esta tendencia responde más a la moda y al marketing que a la calidad.

Riesgos de retroceder con las modas

Para Belluscio, insistir en recuperar uvas de menor calidad puede significar un retroceso para la vitivinicultura argentina. “Hemos invertido décadas en mejorar la tecnología y en posicionar al vino argentino en el mundo. Volver a prácticas de hace más de un siglo sería un error”, señaló.

El especialista sostuvo que, aunque la movida es pequeña, existe el riesgo de que confunda al consumidor y reste valor a los avances logrados en los últimos 30 años. Sin embargo, consideró que, al tratarse de una moda, su impacto será pasajero.