Kicillof acelera su plan 2027: la apuesta federal y el rol clave de los gobernadores
Desde febrero, Axel Kicillof activará el despliegue nacional del Movimiento Derecho al Futuro. El gobernador bonaerense busca construir volumen político fuera de Buenos Aires y tejer acuerdos con gobernadores: ¿incluido Llaryora?
A partir de febrero, Axel Kicillof dejará atrás la lógica defensiva que marcó buena parte de 2025 y pasará a jugar en modo ofensivo. En La Plata ya no lo esconden: el gobernador bonaerense comenzará a federalizar su proyecto presidencial 2027, con un despliegue territorial que tendrá como columna vertebral al Movimiento Derecho al Futuro (MDF) y un objetivo claro: salir de Buenos Aires sin romper el peronismo.
“No se trata de sacarse fotos ni de hacer giras testimoniales. Se trata de armar política”, resume un funcionario del primer anillo del mandatario. En ese marco, la consigna interna es ambiciosa y, a la vez, difusa: “Que florezcan mil MDF”, repiten en despachos oficiales, en referencia a la construcción de referencias provinciales alineadas con Kicillof.
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La estrategia apunta a construir volumen político sin quedar atrapado en las internas locales, un terreno minado para cualquier aspirante presidencial. “En muchas provincias el peronismo es un quilombo. Axel no puede pisar ahí sin cuidado porque queda entrampado”, advierte otro dirigente con acceso directo al gobernador.
El tejido fino del armado
El plan no contempla —al menos por ahora— una mesa política nacional formal ni un esquema rígido de conducción, consignó La Nación. La bajada es más flexible: varios dirigentes del MDF tienen luz verde para empezar a tender puentes, abrir diálogos y explorar acuerdos. Entre ellos aparecen Gabriel Katopodis, Jorge Ferraresi, Andrés “Cuervo” Larroque, Mario Secco, Cristina Álvarez Rodríguez, Fernando Espinoza y Walter Correa.
“Todos pueden hablar con todos. No hay comisarios políticos”, explican cerca de Kicillof. La idea es armar un entramado amplio, capaz de contener sectores sindicales, sociales y políticos, incluso por fuera del peronismo. Radicales, fuerzas provinciales e incluso sectores de izquierda aparecen en el radar. “Axel 2027 tiene que ser más grande que el PJ”, repiten.
Kicillof es consciente de que no alcanza con el peronismo tradicional. Por eso, uno de los ejes más delicados del armado pasa por los oficialismos provinciales, aun aquellos que no responden al PJ nacional.
Los gobernadores, una pieza clave
En La Plata analizan con atención el comportamiento de mandatarios como Gustavo Sáenz (Salta), Hugo Passalacqua (Misiones), Ignacio Torres (Chubut), Martín Llaryora (Córdoba) y Alberto Weretilneck (Río Negro). No se trata necesariamente de sumarlos al proyecto, sino de algo más pragmático. “Si no juegan con nosotros, al menos que no jueguen con Milei”, sintetiza un funcionario bonaerense. La hipótesis es clara: armar una coalición lo suficientemente amplia como para disputar un balotaje, donde el principal adversario será La Libertad Avanza. La prescindencia, en algunos casos, también cuenta como victoria.
“Hay que construir una alternativa que no quede encerrada en la grieta clásica. Del otro lado va a estar Milei. Acá tienen que entrar todos los que no quieran eso”, sostienen en el entorno del gobernador.
Orden interno y distancia calculada
El avance nacional de Kicillof se apoya, además, en un dato clave: el frente interno bonaerense está, por ahora, ordenado. Con el Presupuesto, el endeudamiento y la ley fiscal aprobados, el gobernador logró despejar conflictos que lo tuvieron a la defensiva durante gran parte de 2025.
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En ese contexto, tomó una decisión política relevante: no disputar la presidencia del PJ bonaerense. “No podemos encerrarnos en la provincia. Hay que federalizar el camino de Axel”, explicó un funcionario que participa de las definiciones estratégicas. “Hay que ganarle a La Cámpora en todos lados”, dicen sin rodeos. Para ellos, el control del PJ bonaerense es parte de la consolidación del liderazgo de Kicillof, aunque el gobernador prefiera no exponerse en esa pelea.
Sin PJ Nacional y con Cristina adentro
El armado nacional del gobernador no tendrá como eje al PJ Nacional, hoy bajo la conducción de Cristina Fernández de Kirchner. No hay dirigentes del riñón kicillofista en esa estructura, y eso no es casual. Es una forma —silenciosa pero evidente— de marcar autonomía.
Kicillof no busca romper con Cristina, pero tampoco subordinarse. “No quiere órdenes, ni de ella ni de Máximo, pero tampoco quiere excluir a nadie”, explican cerca suyo. Contener sin obedecer: una línea fina que definirá buena parte de su futuro político.
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