La nueva conducción nacional de la Unión Cívica Radical (UCR) inició su mandato sin la foto de unidad de los cinco gobernadores del partido, una ausencia que alimentó lecturas sobre un eventual arranque debilitado. Sin embargo, desde el radicalismo relativizan ese diagnóstico y aseguran que el desafío central no pasa por la interna, sino por la construcción de un mensaje político con proyección electoral.
El sector de Alfredo Cornejo se ausentó -en señal de rechazo- del plenario del viernes pasado, en el cual la mayoría eligió a la nueva cúpula partidaria. Desde el cornejismo deslizaron la crítica de que "el nuevo comité arranca débil" en medio de la discusión por la estrategia nacional del radicalismo ante el factor Milei que divide las aguas en el centenario partido.
"El análisis es que esté todo el mundo integrado dentro del Comité Nacional. Las posiciones más afines o no al gobierno han marcado cierta distancia, pero me parece que de ahí a creer que hay debilidad… considero que no. Creo que sí hay un recorrido que empiece esta conducción del Comité Nacional", declaró Javier Bee Sellares, flamante vicepresidente segundo de la UCR.
El dirigente boina blanca, muy cercano al ex gobernador Gustavo Valdés, es uno de los tres cordobeses que integran la cúpula del centenario partido que encabeza el intendente de Venado Tuerto, Leonel Chiarella (36 años), con terminal en el gobernador Maximiliano Pullaro.
La secretaría general está en manos de la cordobesa–porteña Piera Fernández (del sector de Martín Lousteau) y Ramón Mestre continúa al frente de una de las siete secretarías que completan el esquema partidario.
"El ideal hubiera sido que los cinco gobernadores estuvieran representados, no hay dudas. Pero de ahí a decir que la conducción nace débil, no", resaltó Bee Sellares en declaraciones a Perfil Córdoba.
La interpretación dominante es que, más allá de las diferencias, "todo el mundo está integrado" y que existe un recorrido político por delante para consolidar el liderazgo partidario. Incluso, se dijo que continúan las gestiones para sumar a los mandatarios -Cornejo y Leandro Zdero- que no formaron parte del esquema inicial.
"En este momento hay una línea de acción para intentar que los otros gobernadores que no integraron (el plenario que definió la nueva cúpula) estén. O sea, que tampoco lo doy por terminado eso", afirmó el cordobés valdesista.
Factor Milei
El áspero debate interno está atravesado por la relación con el gobierno de Javier Milei. Hay sectores que se muestran como firmes aliados a La Libertad Avanza, mientras otros impulsan recuperar los principios rectores del radicalismo que "nada tienen que ver" con las políticas de ajuste del libertario.
No obstante, desde la conducción radical intentan bajar el tono ideológico de la discusión. "No es un debate ideológico: en los grandes asuntos -equilibrio fiscal, producción y temas medulares- estamos de acuerdo", dijo Bee Sellares. La clave, advirtió, es el federalismo. "El radicalismo como un partido político que se precie de querer ser moderno tiene que tener una dosis de realidad de lo que existe hoy", remarcó.
Las realidades provinciales marcan estrategias distintas. "Hay provincias donde una alianza con el partido del gobierno nacional es posible y otras donde no. El radicalismo, como partido nacional, tiene la obligación de respetar y repensar las realidades de los 24 distritos", sostuvo el cordobés.
En ese marco, la prioridad estará puesta en las elecciones provinciales, con estrategias adaptadas a cada territorio, antes de pensar una definición nacional. "Todavía falta muchísimo", expresó Bee Sellares al quitar el pie del acelerador de las discusiones que se presentan de manera anticipada que nada tienen que ver con los tiempos electorales. "Falta 1 año y 6 meses para discutir la estrategia nacional", remarcó.
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En paralelo, el debate interno se centra en cómo la UCR se para ante la gestión del gobierno de Milei en un choque de posturas entre loa dialoguistas y los hipercríticos. El radicalismo se apoya en una de sus principales fortalezas: cinco gobernadores y alrededor de 500 intendentes, en su mayoría reelectos y al frente de gestiones consideradas exitosas dentro de frentes electorales. "La obligación como partido nacional es cuidar a esos radicales que hoy conducen: ganan las elecciones y gestionan. Esa es la regla", alegó Bee Sellares.
Sobre el accionar de los bloques en el Congreso, el radical de la cúpula nacional señaló: "Hay que acompañar lo que merezca ser acompañado y ser oposición en aquellos temas en donde el gobierno no está llevando adelante una política pública justa". "Es lo que se ha venido haciendo en los bloques estos últimos dos años. No creo que haya que cambiar esa postura", agregó.
Internas con tonada
La rosca en el año preelectoral se proyecta como intensa en la UCR cordobesa. Las internas por la conducción partidaria y las candidaturas -con el foco puesto en la intendencia capitalina- desatarán una fuerte pulseada puertas adentro de Casa Radical.
Mestre fue el primero en reclamar internas al alineamiento de poder referenciado en Rodrigo de Loredo, como reveló Perfil Córdoba, pero ya no está solo en esa batalla. Bee Sellares sumó su voz al planteo que ya escuchó el titular del partido Marcos Ferrer, aunque las motivaciones de uno u otro son distintas.
El ex legislador provincial y actual interventor de la Lotería chaqueña habló de darle "legitimidad" a la nueva conducción mediante internas, si no hay un acuerdo. Y dejó en claro su intención de disputar la intendencia capitalina en 2027. Sin embargo, se mostró orgánico al sostener que primero está el proyecto colectivo por sobre las aspiraciones personales.
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"Por supuesto que tengo aspiraciones políticas, sin lugar a dudas, pero yo privilegio el conjunto", dijo. "Yo estoy para acompañar un proyecto político del radicalismo en Córdoba en donde se privilegia el conjunto y no a nombres personales", subrayó Bee Sellares.
"Bajo ningún punto de vista voy a hacer lo que me parece que no es lo correcto, que es anteponer expectativas personales. Me parece que no llegamos de esa manera, ya no hemos llegado y no vamos a llegar. Esa es la realidad", aseveró.
Por otro lado, el boina blanca se pronunció a favor de los comicios internos en la UCR con tonada. “Me parece que este es un tiempo donde deberíamos consolidar y priorizar la búsqueda de un mensaje radical que vuelva a entusiasmar a la sociedad. Posteriormente, nosotros deberíamos definir una conducción partidaria ordenadamente -ojalá sea por consenso- pero que, si no es por consenso, hay que legitimar esa conducción partidaria”, trazó.
La importancia radica en que esa nueva cúpula será quién defina la mejor estrategia 2027 para el conjunto del radicalismo cordobés. El deloredismo apuesta a la prórroga de los mandatos del actual tablero de comando que encabeza Ferrer. En su rechazo, Mestre exige un cronograma de internas a celebrar en 2026.