"Réquiem", de Robert Louis Stevenson
El poema, escrito en 1880, es el epitafio escrito por el mismo autor que fue grabado en su lápida después de su muerte en 1894.
En el Suplemento Cultura de Diario PERFIL, ofrecemos cada semana "Narcolepsia - Coordenadas para una aproximación a la poesía", y el elegido de este domingo 24 de octubre es "Réquiem", del escocés Robert Louis Stevenson:
Bajo el extenso y estrellado cielo,
cava la fosa y déjame descansar.
He vivido alegre y feliz muero,
déjame tendido en mi voluntad.
Sobre mi tumba escribe este verso:
aquí yace donde anhelaba estar;
en su hogar junto al mar, el marinero,
y el cazador en la colina, su hogar.
(Traducción: Juan Arabia)
Robert Louis Stevenson (Edimburgo, 1850) fue un novelista, ensayista y poeta escocés, mundialmente conocido por sus historias "para niños" como Treasure Island. Sufrió de una enfermedad bronquial crónica y pasó gran parte de su infancia solo en la cama, dando vueltas a las historias. Estos registros quedaron impresos en A Child’s Garden of Verses (1885).
Formado primero como ingeniero y luego como abogado, siempre estuvo más interesado en la escritura, publicando ensayos desde 1873 y trabajando en obras de teatro. Llevó una vida bohemia en Edimburgo y realizó recorridos a pie por Gran Bretaña y el extranjero. Entre sus relatos de viajes se encuentran su viaje en canoa An Inland Voyage (1878) y el recorrido a pie Travels With a Burkey in the Cevennes (1879).
La fama de Stevenson creció con la publicación de Treasure Island (1883), y en 1884 él y su mujer se mudaron a Bournemouth, donde vivieron durante tres años. Durante este período escribió Strange Case of Dr Jekyll and Mr Hyde y Kidnapped (ambos publicados en 1886).
El empeoramiento de su salud llevó a Stevenson a establecerse con su familia en Samoa en 1890, donde se ganó el respeto de los nativos, quienes lo llamaban Tusitala (el que cuenta historias) y escribió Catriona (1893). Murió de una hemorragia cerebral mientras trabajaba en Weir of Hermiston (1896).
El siguiente poema, escrito en 1880, es el epitafio escrito por el mismo autor que fue grabado en su lápida (sin el título, cortes de estrofa ni puntuación) después de su muerte en 1894.
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