NÚMEROS QUE PREOCUPAN

Deuda: una disputa que lleva más de 20 años y es protagonista en las crisis

La pelea de cada gobierno, por echarle la culpa al anterior por la deuda recibida, es un clásico de todos los manuales de historia económica nacional. El reciente cruce entre el viceministro Rubinstein y la oposición sobre este asunto es uno más, en la larga lista que curiosamente tiene sus capítulos más acalorados cuando la economía enfrenta una crisis, como la que actualmente se atraviesa por la suba permanente de la inflación.

Dupla. En general el viceministro está en silencio hasta que su jefe, el ministro Massa, le pide que salga a la cancha a declarar. Foto: NA

La disputa entre el oficialismo y la oposición sobre el monto y el “peso” de lo que Argentina debe pagar por sus préstamos vuelve a poner una discusión que se remonta a la crisis del 2002.

Alguien dijo que Argentina es un país en que si uno está una semana, pasan un montón de cosas, pero si uno se va, y vuelve seis años después, todo lo que se discute es lo mismo, aunque en un entorno más decadente.

Algo de esto pasó la semana pasada cuando desde Juntos por el Cambio, a través de un documento, aseguraron que Alberto Fernández y Cristina Kirchner “están dejando una situación peor que la del 2015 y una bomba armada para el pueblo argentino”.

De manera más directa, y sobre la gestión de Sergio Massa al frente del Palacio de Hacienda, se manifestaron “en contra de la utilización de instrumentos financieros en pesos, ajustados en dólares con tasas de interés imposibles de pagar, o en dólares a tasas usurarias. Con esto, el gobierno nacional no hace más que especular con dejar una bomba de tiempo al próximo gobierno”.

En solo 24 horas, el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, rompió su bajo perfil para defender la actual gestión y decir que “a diferencia del período 2016/2019”, cuando gobernaba Mauricio Macri, y “se emitía mayoritariamente deuda en dólares, hoy el mercado de deuda en pesos constituye la principal fuente de financiamiento del Tesoro”.

“La deuda en pesos es manejable y sustentable. Representa el 24% del PBI (incluyendo bonos de largo plazo como el Discount y el Cuasipar) y la mitad está en manos del propio Estado Nacional”, dijo Rubinstein a través de su cuenta de Twitter.

Lo bueno, que esta pelea en medio de un clima preelectoral, replica la que mantuvo hace menos de un año, en abril del 2022, el entonces ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien salió al cruce de los dichos del exministro de Economía, Nicolás Dujovne, sobre el aumento de la deuda, lo mismo que había hecho el expresidente del Banco Central, Guillermo Sandleris.

La deuda del Estado finalizó el 2022 casi en 340 mil millones de dólares

“Tal vez para Sandleris o Dujovne sea demasiado tarde para entender el pésimo manejo de la deuda publica que dejó el gobierno de Mauricio Macri” en la que ambos fueron funcionarios.

“Cualquier ciudadano de a pie entiende perfectamente la diferencia entre endeudarse en pesos o en dólares. O entre endeudarse con su mujer, esposo o hermano o endeudarse con un banco. Los únicos que no entienden la diferencia son los economistas de JxC”, dijo Kulfas.

La respuesta vino de parte de Sandleris quien apuntó a que: “Si le debés $ 20 a tu hermano y $ 20 al banco, y sólo reconocés que le debés 20 al banco, además de estar cagando a tu hermano, sos un mentiroso”.

En medio del nuevo cruce, entre JxC y Rubinstein, Carlos Melconian dijo que: “todo el mundo le tiene miedo al dólar oficial, y sabe que el déficit fiscal se financia con emisión. Mientras haya emisión, y el déficit fiscal no sea cero, la deuda va a ser una bomba que está ahí”.

“Argentina precisa una Moncloa del sector externo, una Moncloa de la deuda. Soy acuerdista de la transición. El quilombo no me gusta”, dijo Melconian, titular del Ieral, en declaraciones a Radio Mitre.

El economista, quien viene presentando una serie de propuestas de la Fundación Mediterránea a los próximos candidatos a presidente advirtió que un nivel de déficit fiscal como el que tiene Argentina “financiado con deuda externa termina mal. ¿Deuda interna en pesos para financiar agujero fiscal que no termina nunca? Termina mal. El déficit fiscal financiado con emisión monetaria, (termina) en inflación. Se entendió que déficit fiscal no puede haber, tenés que ajustar”.

En tanto, para el titular de la consultora “Economía y Sociedad” Julián Cuenca, este debate “omite el problema de fondo: un país que no crece hace doce años y que no logra eliminar su déficit fiscal, y obtener superávit, para pagar sus deudas”.

“Por eso Roberto Lavagna hablaba cuando era ministro de Economía” de Eduardo Duhalde, en abril del 2002 “sobre la necesidad argentina de tener superávit gemelos, para no tener presión sobre el dólar y la deuda”, dijo Cuenca a PERFIL.

Más allá de las declaraciones, lo cierto es que el último informe sobre la deuda del Ministerio de Economía, la deuda en los tres primeros años del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner aumentó US$ 73.522 millones respecto a los US$ 320.525 millones que dejó el de Mauricio Macri en diciembre del 2019.

La deuda del Estado Nacional finalizó el año pasado en US$ 394.047 millones, unos US$ 33.358 millones por sobre la marca con que cerró el 2021. Esto supone que el aumento en los compromisos del Estado fue de unos US$ 2.780 millones por mes durante el 2022.

De esos compromisos emitidos en moneda nacional, el 52%, casi US$ 68 mil millones tienen algún tipo de cláusula de ajuste, ya sea por evolución de precios o dólar.

De hecho, la deuda ajustada por inflación (CER) ascendía en diciembre pasado a US$ 48.397 millones, por encima de los US$ 45.707 millones que se le adeudan al Fondo Monetario Internacional (FMI).