GRAN RESISTENCIA

Empresas de colectivos de Chaco advierten que el sistema metropolitano está al borde del colapso

La Cámara de Empresas de Transporte Automotor del Chaco alertó que el sistema de colectivos del Gran Resistencia atraviesa una crisis terminal por la caída de subsidios, el desplome de pasajeros y el aumento de costos, y advirtió que sin una intervención urgente del Estado el servicio podría dejar de ser viable.

Colectivos en Resistencia Foto: Archivo

La Cámara de Empresas de Transporte Automotor del Chaco (CETACH) lanzó este martes una severa advertencia sobre la situación del transporte público de pasajeros en el área metropolitana del Gran Resistencia y aseguró que las empresas ya no pueden sostener la prestación del servicio en las condiciones actuales.

La exposición se realizó en una conferencia de prensa encabezada por el representante legal de la entidad, Gustavo Larrea, junto a empresarios de las principales firmas que operan los servicios urbanos e interurbanos. Allí coincidieron en que el sistema atraviesa un escenario crítico, marcado por el ahogo financiero, la caída de la demanda y la falta de definiciones oficiales.

Según explicaron, la crisis comenzó a profundizarse tras la licitación de 2023, cuando las compañías asumieron fuertes compromisos para renovar flotas. En muchos casos, los aportes estatales prometidos se transformaron luego en créditos que hoy deben afrontar las propias empresas, generando un nivel de endeudamiento que se agravó durante 2024 y 2025 con nuevas inversiones realizadas con capital propio.

 

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“Llegamos a fin de año habiendo agotado todas las herramientas posibles: preventivos de crisis, reclamos judiciales, concursos de acreedores. No vemos una salida en el corto plazo”, sostuvo Larrea ante la prensa.

Uno de los ejes centrales del reclamo es la drástica reducción de los subsidios. Desde CETACH detallaron que los aportes provinciales pasaron de alrededor de 1.000 millones de pesos en 2024 a unos 500 millones en la actualidad, lo que representa una baja cercana al 50%. Ese recorte se combinó con un aumento tarifario acumulado de casi el 600%, que terminó trasladando el peso del sistema casi por completo a los usuarios.

El impacto se reflejó en una caída histórica de pasajeros: de aproximadamente 1,5 millones mensuales a comienzos de 2024 se pasó a unos 700 mil en noviembre, con proyecciones aún más bajas para los meses de verano. “El boleto subió, pero los pasajeros se fueron. El sistema entró en una espiral descendente”, advirtieron.

 

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A este escenario se suma el frente salarial. Las paritarias vigentes establecen sueldos iniciales superiores a 1,3 millones de pesos, más viáticos diarios, en un contexto donde —según las empresas— no se reconocen los costos reales del servicio ni se definió aún la nueva tarifa tras la audiencia pública. “Con los valores oficiales actuales, tenemos casi 1.000 pesos menos por pasajero de lo que cuesta operar cada viaje”, remarcó Larrea.

Las consecuencias ya comenzaron a sentirse: las firmas confirmaron reducciones de frecuencias y la notificación de suspensiones a unos 90 trabajadores, una decisión que calificaron como “dolorosa pero inevitable”. También cuestionaron la ausencia de políticas públicas integrales, como la falta de conformación del ente metropolitano de transporte (ENRETRA), el incumplimiento de compensaciones por el traslado de personas con discapacidad y la competencia desigual con servicios alternativos como motos, remises y aplicaciones.

Con ese diagnóstico, los empresarios coincidieron en que, sin una intervención urgente del Estado, el sistema de colectivos del Gran Resistencia se encamina a una virtual desaparición. “El transporte público está siendo empujado a la extinción. Sin decisiones políticas, no hay manera de sostenerlo”, concluyeron.