Segunda Vuelta: grandes interpretaciones en una obra que toca el tema del abuso
Alexia Moyano y Bautista Duarte le ponen el cuerpo a una situación que, no por ser cotidiana, adquiere visibilidad. Ellos, junto a la directora Dana Basso, le dan una cachetada de realidad al espectador apoyados en el texto de Marco Calvani. Para ver.
El abuso es un tema que está vigente en la sociedad argentina, especialmente en los últimos tiempos. Por lo general se da desde un hombre a una mujer y suele incluir una situación de poder masculina. Sobre esta temática gira Segunda Vuelta, el texto de Marco Calvani, que va aportando complejidad a medida que se va avanzando en la obra. Así el espectador arranca con una situación que hasta se podría considerar simpática, un reencuentro, pero que al progresar revela el verdadero trasfondo.
Para llevar al espectador hacia el sitio deseado, la directora Dana Basso se apoya en la escenografía mínima pero sugerente de José Escobar y en el imprescindible diseño de luces de Julio A. López. Pero sobre todo en dos maravillosos intérpretes, que son los que nos van conduciendo hacia una realidad dura, insostenible, molesta, dolorosa: la que a la vez los une y los separa.
Son Alexia Moyano y Bautista Duarte los verdaderos generadores de una historia que puede pasarle a alguien cercano o al propio espectador; son los que van mostrando que nada es lo que parece, que lo que en principio simulaba ser un reencuentro tiene una agenda escondida en cada uno de estos dos personajes. Alexia pasa de la simpatía del juego de roles al miedo absoluto en un abanico complejo de emociones que inevitablemente la depositan en el final inesperado y no deseado.
Por su parte Duarte es capaz de ser seductor y un molesto erudito, para luego cambiar esa fachada amable al ver que no logra su cometido, y convertirse en un ogro, en una persona violenta, dándole un sopapo de miedo al espectador. Así de buena es su composición. De verdad asusta.
Juntos, Alexia y Bautista, ayudan a despabilar, a tomar conciencia, a reparar en una situación que por lo general se esconde puertas para adentro, por medio de una obra que actúa como disparador hacia una sociedad adormilada, que no quiere ver lo que en verdad pasa a su lado. Las funciones son los sábados a las 22.30 en Nün Teatro Bar (Juan Ramírez de Velasco 419, CABA). Encontrá acá más info sobre las entradas.
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