El Banco Central de Brasil mantuvo su tasa de interés clave sin cambios por cuarta reunión consecutiva, al tiempo que el aumento de las tensiones con el nuevo Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva impulsan las previsiones de inflación aún más por encima de la meta.
Los responsables de políticas monetarias mantuvieron este miércoles la tasa de referencia Selic al 13,75%, tal como esperaban todos los analistas encuestados por Bloomberg. La decisión, la primera desde que Lula asumió el cargo el 1 de enero, se mantuvo en línea con la orientación anterior del banco de mantener las tasas durante “un período suficientemente largo” en un esfuerzo por llevar la inflación hacia la meta.
El miércoles, la Reserva Federal redujo su ritmo de aumentos de tasas, pero señaló que se esperan más alzas.
Los funcionarios dirigidos por Roberto Campos Neto luchan contra las crecientes expectativas del costo de vida que hacen que sea más difícil justificar los recortes de tasas, incluso al tiempo que la inflación anual ha disminuido constantemente en los últimos meses, al 5,87%, desde el máximo del año pasado de más del 12%.
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La disminución ha sido impulsada por recortes de impuestos y costos de endeudamiento restrictivos, pero los precios del combustible se elevan mientras las medidas adyacentes, que eliminan los más volátiles, se aceleran.
Para complicar aún más las cosas, Lula ha cuestionado la independencia del banco central y sus objetivos de inflación, sugiriendo que debería perseguir un objetivo del 4,5%. Actualmente, el banco apunta a aumentos de precios de 3,25% para 2023 y 3% para los próximos dos años.
El ministro de Economía, Fernando Haddad, se sumó a la especulación de que las políticas pueden cambiar, diciendo que Brasil necesita objetivos ambiciosos pero factibles.
Preocupación por el gasto
Los inversionistas también están preocupados por las perspectivas fiscales, ya que se espera que Haddad proponga nuevas reglas de gasto para abril, reemplazando la ley actual que limita los aumentos del gasto público a la tasa de inflación del año anterior. El nuevo Gobierno también está desplegando 168.000 millones de reales (US$33.000 millones) en gastos adicionales, incluida la ayuda social, en tanto que considera un salario mínimo más alto.
Esas incógnitas están impulsando las expectativas de inflación, dijo Mauricio Oreng, economista del Banco Santander SA. “Refleja lo difícil que es saber qué es solo ruido y qué es una señal de formulación de políticas”, dijo antes de la decisión sobre la tasa.
Los analistas prevén una inflación por encima de la meta de mediano plazo del 3% del banco central para el futuro previsible. Los funcionarios establecerán el objetivo de 2026 este año.
LM