El cambio climático está provocando condiciones ideales para la transmisión de enfermedades infecciosas y los sistemas de salud del mundo no están preparados para el impacto que causará, según un nuevo estudio.
Después de que los países fracasaran en gran medida en la prueba de estrés del covid-19, un virus nuevo, décadas de avance para controlar enfermedades ancestrales como la malaria, la fiebre del dengue y el cólera están bajo amenaza a menos que los líderes se comprometan con planes climáticos más ambiciosos, señaló el miércoles The Lancet en un estudio.
El sexto informe anual de la revista médica, llamado The Lancet Countdown, monitorea 44 indicadores de impacto a la salud que están directamente relacionados con el cambio climático al tiempo que pone de relieve el empeoramiento de las desigualdades sociales.
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Basándose en investigaciones de 38 instituciones académicas y agencias de las Naciones Unidas, el estudio de la revista médica británica concluyó que el potencial de brotes virales está aumentando más rápidamente en los países desarrollados. El peligro de infecciones por malaria se está elevando en áreas más frías, mientras que las costas en el norte de Europa y Estados Unidos son cada vez más propensas a bacterias que producen gastroenteritis y septicemia.
Mientras tanto, casi 600 millones de personas viven a menos de 5 metros sobre el nivel del mar, lo que los pone en riesgo de mayores inundaciones y tormentas intensas. Muchos podrían verse obligados a abandonar permanentemente sus hogares, según el informe.
“Estas son desalentadoras advertencias de que, cada día que retrasamos nuestra respuesta al cambio climático, la situación se vuelve más crítica”, advirtió Maria Romanello, directora de investigación y autora principal del informe. “Es hora de darse cuenta de que nadie está a salvo de los efectos del cambio climático”.
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Menos de la mitad de los 91 países monitoreados en el estudio cuenta con un plan nacional de salud y cambio climático, lo que deja sus sectores médicos vulnerables a los impactos provocados por el clima, según el informe. De las 45 naciones que sí cuentan con una estrategia, solo ocho habían asignado fondos para abordar los problemas planteados en sus evaluaciones.
El covid-19 ha provocado la muerte de casi 5 millones de personas en todo el mundo y ha llevado a las economías al borde del abismo. Mientras los países flexibilizan las medidas de confinamiento en un esfuerzo por reiniciar sus economías, muchos luchan por controlar un resurgimiento de los contagios, agravado por una distribución desigual de vacunas entre países desarrollados y naciones de bajos ingresos.
El estudio encontró desigualdades similares en la respuesta global al cambio climático, donde los países subdesarrollados, que son los menos responsables del aumento de las emisiones, quedan rezagados en los esfuerzos por descarbonizar. Estas naciones serán las más afectadas por el calentamiento global, ya que la seguridad alimentaria y del agua se está viendo amenazada por sequías, un problema que afectó a 2.000 millones de personas en 2019, advirtió el informe.
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La mayor barrera para la entrega de recursos fue una financiación insuficiente, según el 69% de los países encuestados. Pero dado que las naciones están inyectando billones de dólares para reiniciar sus economías en medio de la pandemia, el informe instó a los encargados de política monetaria a “ir más allá del discurso y tomar medidas” en una conferencia de la ONU que comienza a fines de mes en Glasgow, donde líderes, ejecutivos y activistas climáticos de todo el mundo elaborarán planes para reducir las emisiones de carbono.
El estudio también aconsejó evitar una recuperación económica impulsada por combustibles fósiles que financie la producción de petróleo, gas y carbón y brinde un limitado apoyo a la energía limpia. En su lugar, las naciones deberían crear empleos verdes y salvaguardar la salud, señala el informe.
“El cambio climático está aquí y ya estamos viendo cómo afecta la salud humana en todo el mundo”, dijo Anthony Costello, director ejecutivo de Lancet Countdown. “La recuperación del covid-19 puede ser una recuperación ecológica que nos lleve a mejorar la salud humana y reducir las desigualdades, o puede ser una recuperación comercial habitual que nos ponga a todos en riesgo”.