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Cansancio, frustración y molestia por un Brexit que se prolonga

Theresa May tuvo 15 minutos para impresionar a los líderes de la Unión Europea con una nueva salida al atolladero político en que se ha convertido el brexit.

European Union Leaders Meet In Brexit Battle Summit
European Union Leaders Meet In Brexit Battle Summit | Bloomberg

Theresa May tuvo 15 minutos para impresionar a los líderes de la Unión Europea con una nueva salida al atolladero político en que se ha convertido el brexit. En cambio, la primera ministra británica se mostró nerviosa, hablando demasiado rápido a una audiencia que no era hablante nativo de inglés. Al final de su discurso en Bruselas, nadie entendió con claridad lo que el Reino Unido había traído a la mesa aparte de una ración conocida de amables palabras. May dejó a sus confundidas contrapartes que diseccionaran su presentación sobre un filete de rodaballo.

La canciller alemana, Angela Merkel, quien debería haber sido la persona a quien May tenía que impresionar más, señaló después que en realidad no había entendido lo que May había dicho pero que le pediría al negociador del brexit Michel Barnier que se lo explicara, según tres personas que fueron informadas sobre la exposición en la cena. “No sabemos lo que quieren. Ellos mismos no saben lo que quieren. Ese es el problema", dijo la presidenta lituana, Dalia Grybauskaite, después de la cena. Lo que quiere el Reino Unido “sigue siendo un gran misterio”.

El agotamiento y la frustración es palpable mientras las conversaciones del brexit continúan entrampadas en una especie de purgatorio donde el progreso parece gradual, las empresas están intensificando los preparativos para lo peor, y los ciudadanos británicos que pueden están haciendo fila para sacar la nacionalidad de un país de la UE. El Reino Unido notificó oficialmente que dejará el bloque el 29 de marzo de 2019. Pero sin claridad sobre si obtendrá términos de divorcio favorables o saldrá sin un acuerdo, hay una montaña de riesgos por venir.

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¿Crisis en diciembre?

Ahora parece que diciembre es el próximo momento de “ahora o nunca”, ¿pero pueden las empresas esperar tanto tiempo? Puede que esta última en una larga serie de cumbres inconclusas no haya sido tan dramática como el enfrentamiento en Salzburgo, donde los ánimos se encendieron, pero sin duda reflejó el estado de parálisis.

El problema, por supuesto, es que muchos de los obstáculos para el brexit han sido fabricados por la propia May. Ella convocó una elección y perdió su mayoría en el Parlamento, por lo que ahora está atrapada tratando de orquestar un tipo de brexit que pueda ser aprobado. Los números, sin embargo, no ayudan. Cualquier concesión que haga a la UE la pone en riesgo de quedar sin los votos que necesita.

El motivo de discordia en la mesa de negociaciones es sobre cómo evitar una frontera vigilada en Irlanda cuando el Reino Unido y la UE se separen, con un acuerdo comercial que probablemente estará a años de distancia. Perdido en la jerga técnica está el hecho de que si bien todos pueden estar de acuerdo que la frontera debe permanecer invisible, May se arrinconó en una esquina al comprometer la salida del Reino Unido de la unión aduanera.

Divisiones

La solución de la UE es mantener a Irlanda del Norte dentro del mercado interno, pero el Partido Unionista Democrático que apoya al gobierno de May insiste en que se lo trate como al resto del Reino Unido. La contraoferta de May es una red de seguridad donde todo el Reino Unido permanecería en la unión aduanera, con un límite de tiempo. Cualquier otra cosa dejaría a los partidarios de una línea dura para el brexit de su partido cantando "Brino" (es decir, brexit, sólo por su nombre).

Con la salida de Gran Bretaña a la vuelta de la esquina, el foco ahora está en la extensión del período de gracia de 21 meses que comienza el día del brexit, lo que esencialmente preservaría el status quo. La historia muestra –en el caso de la crisis griega, por ejemplo– que los actores de la posición de Merkel necesitan participar plenamente para que se produzca un gran avance. Esa es ciertamente la evaluación de Olli Rehn, un político europeo experimentado y actualmente gobernador del banco central de Finlandia.

"También es probable que estén esperando que Merkel entre a las negociaciones de verdad”, dijo en una entrevista en YLE Radio 1 de Finlandia. "Ella es una líder europea muy central. Ahí es cuando el final del juego se llevará a cabo y es posible que entonces se alcance un acuerdo".