El Congreso de Estados Unidos está poniendo su mirada en China para evitar que Rusia eluda las sanciones económicas impuestas por el país por la invasión a Ucrania.
La inclinación hacia las llamadas sanciones secundarias a cualquier país o entidad que ayude a Rusia a evadir las sanciones está aumentando. El jueves, el senador republicano Marco Rubio presentó un proyecto de ley dirigido específicamente a las instituciones financieras chinas que realizan transacciones con entidades rusas a través de cualquier alternativa al sistema de mensajería financiera SWIFT.
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“No podemos permitir que China se convierta en un refugio seguro para las empresas rusas que buscan evitar las sanciones internacionales”, dijo Rubio en un comunicado. “Mi proyecto de ley haría casi imposible que los bancos chinos accedan al sistema financiero de EE.UU. si eligen realizar transacciones con bancos rusos utilizando sistemas de mensajería financiera chinos o rusos”.
Rubio dijo que la legislación es un desincentivo “poderoso” para que China profundice sus lazos con Rusia. Impondría sanciones a cualquier institución financiera china que utilice el Sistema de Pago Interbancario Transfronterizo, o CIPS, para ayudar a Rusia a evadir las sanciones.
Las medidas en el Congreso se producen cuando el presidente Biden se apronta para hablar el viernes con el presidente de China, Xi Jinping, mientras el líder estadounidense busca reforzar la presión mundial sobre Rusia para que detenga su guerra en Ucrania. Será su primera llamada desde noviembre, y sigue a una reunión sostenida el lunes en Roma entre el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, y el principal diplomático de China, Yang Jiechi.
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“Los dos líderes discutirán la gestión de la competencia entre nuestros dos países, así como la guerra de Rusia contra Ucrania y otros temas de interés mutuo”, dijo la Casa Blanca en un comunicado.
Los legisladores reconocieron que Xi podría ser una de las pocas personas en el mundo capaz de persuadir a Putin para que se retire de Ucrania, aunque esa idea se ve atenuada por el escepticismo de que daría ese paso extraordinario después de respaldar públicamente al presidente ruso en las semanas previas a la invasión.