La deuda del Gobierno de EE.UU. va camino a experimentar su alza más acelerada este año desde 2012, ya que una economía más fuerte no puede seguir el ritmo de la ola de tinta roja que está creciendo bajo la administración de Trump.
La deuda pública total pendiente ha aumentado en US$1,36 billones, o 6,6 por ciento, desde el inicio de 2018, y en US$1,9 billones desde que Donald Trump asumió como mandatario, según las cifras más recientes del Departamento del Tesoro. Esta última cifra se aproxima a la del Producto Interno Bruto de Brasil.
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Si la tasa de crecimiento de 2018 se mantiene hasta fines de año, sería el mayor salto porcentual desde el último año del primer mandato del presidente Barack Obama, en un momento en que la economía necesitaba estímulos fiscales después de la crisis financiera.
El lunes, la deuda de la nación se mantuvo en un récord de US$21,9 billones.
El préstamo es necesario para cubrir un déficit presupuestario que llegó a una cifra estimativa de US$779.000 millones en el primer año fiscal completo de Trump como presidente, lo que representa la brecha fiscal más amplia en seis años. Hacia el final del primer mandato de Trump, se espera que la deuda suba en US$4,4 billones a pesar del índice históricamente bajo de desempleo, las tasas de interés relativamente bajas y la solidez en el crecimiento.
En el último tiempo, las disputas por la política fiscal han sido noticia y las asperezas entre Trump y el liderazgo demócrata no generan confianza respecto a llegar a una fórmula de avenencia en el corto plazo.
El déficit comercial de EE.UU. alcanza su máximo de seis meses
El financiamiento del gobierno para algunas agencias se acaba después del 21 de diciembre, a menos que se logre un acuerdo sobre el presupuesto, mientras que el límite legal de la deuda se ha suspendido temporalmente hasta el 1 de marzo, aunque el Tesoro puede tomar medidas para seguir pagando las cuentas del gobierno durante unos meses más.
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