En una Venezuela sancionada y devastada por la crisis, una compañía poco conocida dirigida por exejecutivos de Gazprom PJSC, con sede en Moscú, está asumiendo un desproporcionado papel frente al controvertido líder Nicolás Maduro en momentos en que muchos de sus principales socios extranjeros en campos petroleros echan pie atrás o se retiran.
GPB Global Resources BV tiene su sede en los Países Bajos, pero está dirigida por Boris Ivanov y Sergey Tagashov, quienes también trabajaron para el Gobierno ruso en el pasado. En el último año, GPB extrajo de forma sostenida cerca de 10% del crudo venezolano en una empresa conjunta con Petróleos de Venezuela SA, la compañía estatal conocida como PDVSA. La empresa, llamada Petrozamora SA, está operando sin sanciones específicas en la región de Maracaibo, que ayudó a convertir a Venezuela en una potencia petrolera en el siglo XX.
Ahora, cuando otros proyectos se ralentizaron debido al desplome en los precios del petróleo, el letal virus y las preocupaciones por sanciones cada vez más fuertes de Estados Unidos, la capacidad de Petrozamora de avanzar en el mercado petrolero con la mayor sobreoferta en un siglo determinará cuántos ingresos van a quedar para el régimen de Maduro mientras otros países recortan su producción en un acuerdo histórico que pretende elevar los precios del crudo.
César Parra, jefe de la cámara de petróleo del estado de Zulia, dijo que Petrozamora ahora es la empresa conjunta petrolera más productiva del país.
Los venezolanos, en cuarentena por el coronavirus, como la mayoría del mundo, están acostumbrados a la escasez después de siete años de crisis económica. Pero en las últimas semanas, a medida que las sanciones de EE.UU. se han endurecido, está ocurriendo algo sin precedentes: el país con las mayores reservas de petróleo del mundo y una de las mayores instalaciones de refinación de Sudamérica está casi sin gasolina. Cerca de 95% de los ingresos legales de Venezuela proviene de las exportaciones de petróleo, según la consultora energética Wood Mackenzie.
Eso se produce luego de las sanciones que EE.UU. implementó en los últimos dos meses contra dos afiliados de Rosneft PJSC, con sede en Moscú, por su apoyo al régimen de Maduro. Esas sanciones llevaron a Rosneft a vender el resto de sus negocios en Venezuela al Gobierno ruso, que no ha revelado el nombre de la nueva compañía que administrará la producción.
Al mismo tiempo, Chevron Corp. está reduciendo sus operaciones en Venezuela mientras espera una decisión, prevista para el 22 de abril, sobre si se extenderá su exención de EE.UU. para trabajar allí. En tanto, la compañía con sede en California dijo a las empresas locales en Venezuela que detuvieran sus trabajos en curso en proyectos que incluyan mejoras de electricidad en campos petroleros, mantenimiento de campos e instalación de equipamiento.
La producción en Petropiar, la empresa conjunta de PDVSA y Chevron disminuyó 58% a mediados de marzo a 50.000 barriles por día, frente a los 120.000 de enero. Por su parte, la producción de Petromonagas, la principal empresa de Rosneft, cayó a solo 20.000 barriles por día, una cuarta parte de su producción de enero. En tanto, la reducción de Petrozamora fue mucho menos aguda: solo se contrajo 13%, de 79.000 a 68.700 barriles por día. Antes de disminuir en marzo, la producción de la operación conjunta había aumentado de forma sostenida, subiendo de un máximo de 95.000 barriles por día en 2018 a 110.800 barriles por día el año pasado.
GPB se fundó en 2011, el año anterior a la creación de Petrozamora. El control de GPB recae en Ivanov y Tagashov, quienes se desempeñan como dos de los tres directores gerentes de la compañía, junto con Vladimir Shvarts, cuyo enfoque está en África y Medio Oriente.
Ivanov trabajó en asuntos de control de armas para el Gobierno ruso en Moscú y Washington antes de trasladarse al sector de la banca, según el sitio web de GPB. Luego asumió un cargo en el gigante ruso de petróleo y gas natural Gazprom, la compañía más grande de Rusia en términos de capitalización de mercado. Tagashov trabajó en el Ministerio de Asuntos Exteriores de la embajada rusa en Washington antes de unirse a Gazprom en Moscú y, finalmente, terminar en GPB.
Las operaciones de Petrozamora se ubican justo en el medio del Complejo Bolívar, un grupo de campos interconectados en la región del lago de Maracaibo. Se descubrió en la década de 1920 y ayudó a impulsar a Venezuela a convertirse en uno de los mayores exportadores del mundo a fines de esa década.