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EEUU, China siguen conversaciones y se aplican nuevos aranceles

Funcionarios de alto nivel de Estados Unidos y China entraron a su segundo día de negociaciones comerciales el jueves con bajas expectativas de lograr algún progreso significativo en momentos en que Pekín y Washington intercambian su última ronda de aranceles de represalia.

The Port Of Los Angeles As Trade Clash Hits Markets Everywhere
The Port Of Los Angeles As Trade Clash Hits Markets Everywhere | Photographer: Patrick T. Fallon/Bloomberg

Funcionarios de alto nivel de Estados Unidos y China entraron a su segundo día de negociaciones comerciales el jueves con bajas expectativas de lograr algún progreso significativo en momentos en que Pekín y Washington intercambian su última ronda de aranceles de represalia.

Las dos economías más grandes del mundo impusieron el jueves aranceles a las importaciones de bienes de ambos países por unos US$16.000 millones, elevando el valor total de los productos afectados como resultado de la guerra comercial del presidente Donald Trump con China a US$100.000 millones.

Las expectativas de lograr cualquier progreso significativo en las conversaciones encabezadas por el subsecretario del Tesoro para Asuntos Internacionales de EE.UU., David Malpass, y el viceministro de Comercio, Wang Shouwen, son bajas.

La administración Trump insiste en que está comprometida con China y seguirá planteando sus preocupaciones, pero un alto funcionario de la administración que habló con los periodistas el jueves, desestimó la posibilidad de que surja algún anuncio de importancia a partir de las reuniones.

La delegación china no ha mostrado signos de llevar ninguna concesión importante a la mesa esta semana y continúa creyendo que ofrecer mayores compras de productos básicos estadounidenses destinados a reducir el déficit comercial de EE.UU. con China es la mejor táctica, dijo una persona familiarizada con las conversaciones.

La posición de China no parece haber evolucionado en lo absoluto, señaló la fuente.

Línea dura

Los analistas señalan que la administración de Trump tampoco ha mostrado signos de flexibilizar su línea dura hacia Pekín. Trump destacó el jueves, en un evento de la Casa Blanca, las nuevas restricciones más duras dirigidas a las inversiones chinas en EE.UU.

Además, esta semana reavivó su campaña de acusaciones de que Pekín está manipulando la moneda, uno de los puntos de fricción más sensibles entre los dos países. Su equipo comercial también está llevando a cabo esfuerzos adicionales para aumentar la presión sobre Pekín.

Funcionarios estadounidenses se reunirán en Washington el viernes con delegaciones de la Unión Europea y Japón para debatir esfuerzos conjuntos para enfrentar a China en la Organización Mundial del Comercio por sus subsidios industriales y la conducta de sus empresas estatales.

Funcionarios implacables

De manera más provocativa, los funcionarios de línea dura de la administración, incluido Robert Lighthizer, el representante comercial de EE.UU., están llevando adelantes sus planes de imponer aranceles a otros US$200.000 millones en importaciones provenientes de China. La medida entrará en vigencia el próximo mes y significaría que cerca de la mitad de todas las importaciones estadounidenses provenientes de China estarían cubiertas por los nuevos gravámenes.

En las audiencias de esta semana en Washington, las empresas y los grupos de presión de las grandes industrias de EE.UU. han ofrecido comentarios en mayoría negativos a los aranceles adicionales propuestos de hasta 25 por ciento a más de 6.000 líneas de productos.

Los bienes que se cubrirán en la próxima ronda de aranceles abarcan desde productos químicos, materias primas y mariscos, hasta aspiradoras, bicicletas y muebles. EE.UU. podría imponer los gravámenes después de un período de revisión que termina el 6 de septiembre.

Juego político

"Este es un juego político en el que se utiliza a mi compañía como la pieza del juego", declaró el lunes Ross Bishop, presidente de BrightLine Bags Inc. La compañía con sede en California fabrica bolsas de equipamiento de nylon para pilotos y otros clientes, y Bishop suplicó al panel comercial que lo ayuden a mantener viva su empresa.

Los intereses de las empresas estadounidenses en un acuerdo variarán según sus circunstancias y cómo se han visto afectadas por las prácticas comerciales de China, dijo Ron Sorini, un cabildero comercial y exjefe negociador textil de la oficina del representante de comercio de EE.UU.

Los chinos están calculando mal si creen que Trump responderá como los presidentes anteriores y que realmente no quiere cambios concretos en respuesta a las denuncias de robo de propiedad intelectual y a un déficit comercial, señaló Sorini.

Poner fin a los aranceles debe ser un punto de partida debido al daño que le están haciendo a las empresas de EE.UU., lo que hará que sea más difícil negociar con China, dijo Ed Brzytwa, director de comercio internacional para el American Chemistry Council.