Los líderes demócratas de la Cámara de Representantes han minimizado la posibilidad de que busquen rápidamente someter al presidente Donald Trump a un juicio político después de que tomen el control de la Cámara en enero, pero ante el constante goteo de revelaciones contra el presidente puede que sea más difícil no hacerlo.
La probable presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y sus principales lugartenientes, bajo una creciente presión para que adopten una postura más agresiva, apuntan a los riesgos de frustrar importantes objetivos políticos si son vistos como enfocados en anotar puntos políticos a través del “impeachment” o juicio político.
También dicen que cualquier esfuerzo en este sentido sería prematuro mientras continúa desarrollándose la investigación rusa del fiscal especial Robert Mueller.
"Nuestra posición ha sido, es ahora y creo que será: hasta que la investigación de Mueller haya terminado, es prematuro discutir qué acción se debe tomar como resultado de ello", señaló el martes el representante Steny Hoyer de Maryland, el líder entrante de la mayoría. "Queremos ver lo que ha descubierto".
Sin embargo, una serie de revelaciones ha intensificado la presión sobre los demócratas para que avancen. Los eventos de esta semana podrían sumarse al peligro político de Trump a través de presentaciones judiciales y acciones legales adicionales por parte de Mueller y otros fiscales. Estos eventos incluyen la sentencia programada para el miércoles del exabogado personal de Trump, Michael Cohen.
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Los demócratas con una visión más cautelosa se apresuran a apuntar a una realidad política: el juicio político requeriría cierta colaboración de los republicanos para que sea más que una exhibición del simbolismo de una sola cámara y un solo partido. Pero no todos los demócratas están de acuerdo, y el martes la impaciencia con la estrategia de la dirigencia llegó hasta el pleno de la Cámara.
El representante Al Green de Texas dijo que anunciará la próxima semana si reanudará su impulso para realizar una votación sobre su proyecto de artículos para un “impeachment”, a pesar de la oposición de los líderes del partido.
Green describió sus esfuerzos como más enfocados en "la intolerancia que emana de la presidencia", y subrayó que no está tratando de interferir con la investigación de Mueller.
Sin embargo, Green también usó sus comentarios para atacar a los líderes de su propio partido, elogiando al presidente saliente Paul Ryan, republicano de Wisconsin, por haber permitido una votación procesal sobre sus artículos en diciembre pasado, aunque la iniciativa sufrió una dura derrota en un voto bipartidista.
Ryan "no interfirió con el proceso", sostuvo Green, "y no intentó cambiar las reglas. Estoy orgulloso del Sr. Presidente Ryan por hacer esto”.
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La cautela del liderazgo demócrata se produce incluso cuando el representante Jerrold Nadler de Nueva York -- el presidente entrante del Comité Judicial de la Cámara de Representantes -- dijo el domingo en el programa "State of the Union" de CNN que las acusaciones de la semana pasada en las presentaciones de los fiscales con respecto a Cohen, de ser comprobadas, mostrarían que Trump estuvo "en el centro de un fraude masivo" que podría ser sometido a juicio político.
Los fiscales vincularon públicamente al presidente en documentos judiciales el viernes a infracciones al financiamiento de campaña que dicen que fueron cometidas cuando Cohen, supuestamente bajo la dirección de Trump, hizo lo que llamaron pagos por silencio a dos mujeres. Cohen también dijo a los fiscales que las negociaciones con funcionarios rusos sobre un posible desarrollo de la Torre Trump en Moscú se extendieron hasta entrada la campaña presidencial de 2016, contrariamente a lo que dijo al Senado, que investigaba la interferencia rusa en las elecciones.
Pero Nadler, cuyo panel conduciría cualquier esfuerzo de juicio político, dijo que era demasiado pronto para determinar si la Cámara tomaría ese camino basándose en esas denuncias. Destacando cómo presentar cargos contra un presidente es una decisión tanto política como legal, dijo, "no necesariamente lanzas un “impeachment” contra el presidente porque cometió una ofensa que puede ser juzgada".
Lo que es menos sorprendente, varios senadores republicanos desestimaron las últimas acusaciones respecto de que Trump dirigió los presuntos pagos secretos, y algunos dudan de si Cohen –que los fiscales dijeron que era ambiguo incluso cuando accedió a cooperar con ellos– es una fuente creíble.
Trump, en una entrevista con Reuters publicada el martes, predijo que el público estadounidense se “rebelaría” si él fuera sometido a juicio político. "Es difícil someter a alguien a un juicio político que no ha hecho algo malo y que ha creado la mejor economía en la historia de nuestro país”, dijo Trump en la entrevista.
Citando lo que dijeron fue un esfuerzo republicano apresurado para someter al presidente Bill Clinton a un juicio político, legisladores alineados con el equipo de Pelosi argumentan que los comités liderados por demócratas primero deben iniciar investigaciones de Trump y la Casa Blanca, sobre cuestiones como si los rusos utilizaron dinero lavado para transacciones con la Organización Trump. A medida que se desarrollen esas investigaciones, los demócratas pueden centrarse en objetivos políticos como mejorar la infraestructura y reducir los costos de salud.
"Definitivamente no vamos a utilizar los estándares políticos relajados que los republicanos utilizaron para someter a juicio político a Bill Clinton", dijo el representante Jamie Raskin de Maryland, demócrata del Comité Judicial. "Veremos qué pasa. La dinámica de los eventos está poniendo una presión muy fuerte sobre el Partido Republicano.
Algunos antiguos defensores del “impeachment” sugieren que por ahora se abstendrán.