Con el colapso de la otrora poderosa industria energética venezolana y el principal campo petrolero mexicano en rápido declive, Brasil se ha convertido en la mejor esperanza latinoamericana para lograr exportaciones adicionales de crudo este año.
La estatal Petrobras, mayor productor nacional, tiene como objetivo elevar la producción un 10% en 2019. En contraste, la producción de Venezuela se ha derrumbado al mínimo desde, por lo menos, 2002, bajo la presión de sanciones de Estados Unidos y la recuperación es incierta sin un cambio de gobierno. Mientras tanto México, el mayor productor de la región a principios de esta década, tiene problemas para revertir la situación de su petrolera nacional tras años de negligencia y deudas gigantescas.
No obstante, pese al apoyo del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, los planes de Petrobras de extraer más petróleo no son una certeza. La producción se redujo en el primer trimestre por obras de mantenimiento y complicaciones en la puesta en marcha de una plataforma. La Agencia Internacional de Energía redujo su estimación de crecimiento para Brasil este año en un 18% en mayo, a 265.000 barriles diarios, pese a la entrada en servicio de nuevos megaproyectos.
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El aumento de la producción en lo que se conoce como el presal brasileño, el mayor grupo de descubrimientos costa afuera hechos este siglo, ha compensado principalmente la caída en picada de áreas situadas en la cuenca Campos, que está más cerca de la costa. Ni siquiera las siete embarcaciones flotantes de producción de Petrobras que tienen suficiente capacidad combinada para superar a Colombia son una solución inmediata.
"Nunca sucede"
“Cada año se apunta a los 300.000 barriles diarios y esto nunca sucede por las disminuciones en la cuenca Campos y el mantenimiento de los bloques. Este año solo puede crecer marginalmente”, afirmó Robert Campbell, director de productos petroleros mundiales de Energy Aspects. "Eso es lo mejor que pueden hacer los principales productores de Latinoamérica”.
Energy Aspects, con sede en Nueva York, redujo en abril su pronóstico de crecimiento en Brasil en 110.000 barriles diarios, antes de la rebaja de la AIE. Más allá de Brasil, la perspectiva de envíos adicionales es importante porque los mercados petroleros mundiales se han visto sacudidos por las conflictos en Medio Oriente y la inquietud por la oferta en Libia, Irán y Venezuela.
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"La producción de Petrobras se recuperó en abril y mayo de una caída mayor a la esperada en el primer trimestre", señaló la semana pasada Carlos Alberto Pereira de Oliveira, titular de exploración y producción, en una teleconferencia en la que reiteró la proyección de crecimiento de la compañía. La nueva flota de unidades de producción se acerca a su capacidad y la compañía ha estabilizado descensos en la cuenca Campos, lo que garantiza un sólido crecimiento, indicó.
En mejores circunstancias
Incluso si Brasil logra un resultado inferior al objetivo está en mejor situación que México, donde la producción se redujo al mínimo desde 1990 el año pasado. Algunos de los campos tradicionales de Petróleos Mexicanos colapsan tras años de inversión insuficiente y no tiene una cartera de grandes proyectos de reemplazo como la que tiene Brasil con el presal. "La reciente apertura petrolera que ha atraído exploradores extranjeros a México solo generará un crecimiento significativo después de 2020", planteó María Cortez, gerente sénior de investigación de Wood Mackenzie en Houston.
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"Si la reforma energética hubiera ocurrido seis años antes podríamos ver más resultados ahora, pero eso no fue lo que sucedió", sostuvo Cortez en una entrevista telefónica.
La producción de crudo mexicana registra el mayor rezago histórico frente a la de Brasil y la brecha aumentará, incluso si Brasil se ubica por debajo de las expectativas, ya que áreas de aguas someras como Cantarell y Ku Maloob Zaap que lo convirtieron en un productor peso pesado a finales del siglo XX están llegando al fin de su vida útil. La producción petrolera del sector privado de México es todavía una fracción del total y los descubrimientos de operadores internacionales como Talos Energy y Eni aún no entran en operaciones.