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Theresa May cada vez más ocupada: del brexit a conquistar a la oposición

Tiene muy poco tiempo para dar vuelta las cosas si quiere llegar a un acuerdo para noviembre, y tiene prisa por hacerlo aprobar por un Parlamento en el que no posee la mayoría y depende de los legisladores de Irlanda del Norte.

U.K. Prime Minister Theresa May Weekly Q&A
U.K. Prime Minister Theresa May Weekly Q&A | Bloomberg

La primera ministra británica Theresa May tiene una pila de trabajo sobre el escritorio. Habiendo dejado atrás la conferencia del Partido Conservador –y ahuyentado toda amenaza inminente a su conducción-, la tarea principal de May se desarrolla entre bambalinas después que su proyecto para el brexit no recibiera la respuesta positiva que esperaba en la última cumbre de líderes europeos

Tiene muy poco tiempo para dar vuelta las cosas si quiere llegar a un acuerdo para noviembre, y tiene prisa por hacerlo aprobar por un Parlamento en el que no posee la mayoría y depende de los legisladores de Irlanda del Norte.

Esta semana los negociadores de la Unión Europea esperan más concesiones del Reino Unido en conversaciones que durarán todo el día sobre la forma de evitar la necesidad de controles policiales y aduaneros en la frontera entre el Reino Unido e Irlanda. Entretanto, al Partido Unionista Democrático que apuntala a May no le gusta lo que ha oído sobre la solución de la primera ministra para evitar una frontera dura y evocó con gran intensidad su “línea rojo sangre”.

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Nuevo pensamiento

La República de Irlanda también tiene mucho en juego en el brexit. Está la cuestión del comercio: los irlandeses son el quinto mayor comprador de bienes del Reino Unido, y el Reino Unido es el segundo mercado exportador de Irlanda.

Nadie quiere que regresen las décadas de violencia en Irlanda del Norte entre la mayoría protestante y la minoría católica marginada políticamente. Hace 20 años se llegó a una tregua, y el hecho de que tanto el Reino Unido como Irlanda pertenecieran al mercado único y la unión aduanera hacía que las fronteras fueran innecesarias.

Se ha hablado mucho sobre el modo de evitar las fricciones en la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, y lo que está claro es que la respuesta estriba en alguna forma de controles poco visibles que todas las partes –los irlandeses, los irlandeses del norte y Gran Bretaña- puedan aceptar.

Aquí las cosas se han vuelto muy técnicas.

Camino accidentado

“Preveo que el camino será accidentado, pero creo que esto puede hacerse y se hará porque las consecuencias de no llegar a un acuerdo son realmente muy negativas para todos”, dijo el viceprimer ministro irlandés Simon Coveney en el programa dominical “Sophy Ridge” de Sky News.

Las palabras de Coveney fueron positivas en una serie de frentes, incluidas sus declaraciones de que el acuerdo de retirada está listo en un 90 por ciento y puede completarse este mes. “No estoy seguro de que Theresa May fuera humillada en Salzburgo”, le dijo a Sky Coveney, que es también ministro de Relaciones Exteriores de Irlanda.

“May es muy respetada en toda la UE –es muy respetada en Irlanda, se los aseguro- porque se enfrentó a muchos integrantes del sistema político británico que no quieren dar prioridad al tema de Irlanda e Irlanda del Norte”, aseguró.

Lo que está claro es que, cuando llegue la hora de que se vote el acuerdo de May, la aritmética parlamentaria es motivo de preocupación. Los jefes de bancada de la primera ministra -cuya tarea es garantizar que los legisladores apoyen al gobierno- tienen por delante un arduo trabajo.

Los partidarios del brexit podrían considerar que el brexit de May se queda corto, mientras que ella también tiene que tratar de conquistar tantos legisladores laboristas partidarios del brexit como pueda para tener el mínimo de votos necesarios. The Telegraph informó que el gobierno corteja activamente a 25 legisladores laboristas para que apoyen el plan de brexit de May, conocido como acuerdo de Chequers.