Existe un beneficio inesperado producto del auge de la extracción de metales para baterías: elevará la producción de escandio, un elemento poco conocido cuya prolongada promesa de transformar la fabricación de aviones y automóviles se había estancado por la falta de oferta.
El metal blanco plateado, encontrado en mayores concentraciones en rocas lunares que en la Tierra, se puede agregar al aluminio para formar aleaciones más ligeras, fuertes y dúctiles. Pueden reducir considerablemente el peso de las piezas para aviones, automóviles o barcos y facilitar el ahorro de costos de combustibles.
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"Es el elemento de refuerzo más potente que se pueda añadir al aluminio", señaló John Carr, vicepresidente de desarrollo de negocios y marketing de escandio de Clean TeQ, firma australiana que desarrolla una mina que producirá el metal, además de cobalto y níquel, para el sector de baterías. "La razón por la que el escandio es tan interesante es que si lo agregas en cantidades muy pequeñas, tiene un impacto increíble".
El gran problema ha sido la falta de oferta, lo que está cambiando con la llegada de nuevas minas que extraerán escandio como parte del proceso de producción del cobalto y níquel necesario para fabricar baterías de iones de litio. Extraer los tres materiales de un solo depósito, en lugar de centrarse solo en producir escandio, representa una ventaja económica. "Se extrae junto al cobalto y el níquel por el mismo precio", comentó Carr. "El costo de producción es significativamente menor".
Varias industrias conocen los posibles beneficios, en pequeña escala. Aleaciones que utilizan escandio se desarrollaron en la década de 1960 y se han utilizado en aviones de combate rusos MiG y bates de beisbol. En la actualidad, el material se emplea principalmente al fabricar pilas de combustible de óxido sólido, que se usan para suministrar energía ininterrumpida a hospitales y centros de datos, y también en la impresión en 3D.
Su adopción más amplia ha sido más difícil y el sector enfrenta un dilema: la producción mundial era demasiado pequeña para dar a sus posibles usuarios, como las empresas del sector aeroespacial, confianza de que habría una oferta fiable a largo plazo, un factor que además ha mantenido los precios elevados. Sin certeza sobre la demanda, los productores no han podido comprometerse a desarrollar operaciones.
Eso está cambiando. La japonesa Sumitomo Metal Mining inicia la etapa de producción en Filipinas, mientras que Rusal, gigante rusa del aluminio, analiza planes tendientes a incorporar la extracción de escandio tras efectuar pruebas el año pasado en una de sus fundiciones.
En Australia, la mina Sunrise de Clean TeQ comenzará a operar en 2021, mientras que Australian Mines y Scandium International Mining aparecen entre las firmas que también desarrollan activos. NioCorp, minera de Colorado, desarrolla una mina en Nebraska.
“A medida que entra en operaciones nueva oferta parte de la demanda latente se destrabará,” afirmó Will Ayre, consultor londinense de CRU Group. “La industria aeroespacial es uno de los sectores lógicos donde el consumo de escandio podría aumentar dramáticamente. Reducciones minúsculas del peso de los aviones pueden llevar a una baja considerable de los costos de combustibles".
El mercado actual de óxido de escandio es cerca de 15 a 20 toneladas anuales y si la industria aérea reemplaza el 30% del consumo de aluminio por aleaciones de aluminio y escandio la demanda podría subir a 80 toneladas al año, según Ayre.
La adopción por parte del sector automotor marcaría un cambio significativo, de acuerdo con CRU. El uso de aleaciones de escandio para sustituir incluso un pequeño porcentaje del aluminio utilizado en vehículos requeriría enormes volúmenes, lo que podría elevar la demanda a más de 1.800 toneladas para 2035, muy por sobre la capacidad de los proyectos previstos actualmente. Es más probable que el uso de escandio en autos se limite a algunos vehículos de lujo, precisó Ayre.