Los funcionarios del Reino Unido y Europa están trabajando en un nuevo texto legal para la parte más polémica del acuerdo del brexit, pero se acaba el tiempo para que la primera ministra Theresa May persuada a una parte del parlamento en fracturación de que se una detrás de su plan.
Cuando May envió a ministros a buscar concesiones de la Unión Europea el lunes, siete legisladores laboristas se separaron del principal partido de la oposición británica para formar un nuevo movimiento, cambiando el panorama político y complicando los cálculos de la primera ministra sobre el brexit.
May también enfrentó la presión de críticos en su propio partido. Se especuló que algunos conservadores opuestos al brexit podrían renunciar para unirse a la nueva agrupación, mientras que la primera ministra también se vio ante un intento de los ministros del gabinete de obligarla a eliminar la amenaza de un divorcio sin acuerdo.
La división y el desorden llevaron a la Comisión Europea a repetir su oferta de retrasar la salida del Reino Unido de la UE.
"Estamos en las manos de Dios", dijo el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker. "Es como estar ante los tribunales o en alta mar", declaró al Stuttgarter Zeitung de Alemania.
El Reino Unido debe dejar la UE en poco más de cinco semanas y aún no se ha llegado a un acuerdo sobre los términos comerciales que se aplicarán a ambas partes. Si no se alcanza un acuerdo antes de la fecha límite del 29 de marzo, los economistas pronostican un grave golpe a la economía del Reino Unido, incluido un impacto en la libra de hasta el 25 por ciento, una caída de los precios de la vivienda de hasta un 30 por ciento y una posible recesión.
May preside una reunión de su gabinete este martes y el secretario de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt, viajará a Copenhague como parte de una gira por las capitales europeas para defender el argumento de que hay "un camino para atravesar" el impasse del brexit.
El secretario de May para el brexit, Stephen Barclay, y el fiscal general Geoffrey Cox se reunieron el lunes en Bruselas con funcionarios de la UE en un esfuerzo por alcanzar una solución de compromiso.
Los asesores de la primera ministra británica creen que tiene tiempo hasta el 27 de febrero para obtener un mejor acuerdo antes de que el parlamento pierda la paciencia y vote para tomar el control del proceso.
Barclay y Cox mantendrán nuevas conversaciones en Bruselas el miércoles, según personas al tanto del tema. Discutirán la redacción legal precisa y la forma de una nueva garantía en la parte más difícil del acuerdo: el llamado plan de salvaguarda para evitar una frontera dura entre el Reino Unido e Irlanda.
La propuesta del partido de una unión aduanera permanente, una relación sólida con el mercado único y garantías sobre derechos y protecciones "podría ganar el apoyo del parlamento y ayudar a unir al país", dijo el líder del Partido laborista, Jeremy Corby, en un discurso este martes en Londres. "Esta semana viajaré a Bruselas para discutirlo con Michel Barnier y otros".
Barnier, el principal negociador de la UE, dijo el lunes que el bloque sigue abierto a la idea de una unión aduanera permanente si las líneas rojas británicas cambian.
