Casi todos los niños en Argentina que viven en la pobreza provienen de hogares donde al menos un adulto trabaja, lo que socava las afirmaciones del Gobierno de una fuerte recuperación del empleo.
En el primer semestre del año pasado, nueve de cada 10 niños que vivían en “pobreza monetaria” en Argentina provenían de hogares donde al menos una persona tenía trabajo, de acuerdo a un nuevo informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia publicado este miércoles en conjunto con organizaciones sociales locales. UNICEF define la pobreza monetaria por ingresos familiares y métricas de costo de vida.
Las condiciones también han empeorado desde principios de 2022. La inflación anual se aceleró de 65% en junio a un 99% en enero, lo que significa que los niveles de pobreza de este año no disminuirán, según Sebastian Waisgrais de UNICEF.
“Los ingresos de los hogares van a la zaga de la inflación”, dijo Waisgrais, especialista en inclusión social, en una conferencia de prensa. “Salvo por un importante aumento de los ingresos o una fuerte caída de la inflación, la pobreza se mantendrá en estos niveles persistentemente elevados”.
Al tiempo que su partido se prepara para las elecciones de este año, el presidente Alberto Fernández a menudo hace referencia a los avance en cifras laborales durante su mandato para criticar a la coalición de oposición que gobernó antes que él.
Por su parte, la vocera de Fernández, Gabriela Cerruti, no respondió a una solicitud de comentarios sobre el informe de UNICEF.
Si bien el desempleo argentino ha caído desde la pandemia a mínimos de varios años, muchas de las ganancias en empleos de nómina se concentran en sectores de bajos salarios como la hospitalidad, mientras que los empleos informales, que se pagan totalmente en efectivo, han aumentado a niveles récord. Hasta finales de septiembre de 2022, Argentina tenía alrededor de 10,8 millones de empleos informales o no asalariados frente a 7,3 millones de empleos de nómina en el sector privado, de acuerdo a los últimos datos gubernamentales.