Renault, Nissan y Mitsubishi Motors intentaron tranquilizar a los inversionistas y reafirmarles que su sociedad de fabricación de automóviles era algo seguro. Los ejecutivos se reunieron por primera vez desde el arresto del presidente de la alianza, Carlos Ghosn.
“Por unanimidad y con convicción, las juntas directivas de Groupe Renault, Nissan Motor Co. y Mitsubishi Motors Corp. han reafirmado su profundo compromiso con la alianza", señalaron el jueves las compañías en un comunicado tras reunirse en Ámsterdam.
El arresto de Ghosn en Japón este mes por acusaciones de irregularidades financieras eliminó a un líder que impuso durante dos décadas una estructura que favorecía a Renault y ocultaba las diferencias con su principal socio, Nissan. La declaración conjunta estaba destinada a tranquilizar a los inversionistas y asegurarles que su colaboración continuaría, a medida que surgían las discrepancias.
Los presidentes ejecutivos de las tres compañías enviaron una carta similar a sus empleados para mitigar los temores de división entre Francia y Japón, y minimizar el impacto de la partida de Ghosn.
"La alianza no es nacional, sino global, y para cumplir no necesita solo a unos pocos, sino a todo un equipo", consigna la carta firmada por Hirato Saikawa, director ejecutivo de Nissan, Thierry Bollore, director ejecutivo de Renault, y Osamu Masuko, presidente y director ejecutivo de Mitsubishi.
Renault ha estado contento con el statu quo, el cual dominó bajo el liderazgo de su presidente, que está en la cárcel, y pretende mantenerlo. Este esfuerzo lo ha defendido su mayor accionista, el Estado francés, que aviva la tensión con Japón.
Nissan desea equilibrar el poder en la alianza y afirmar el control japonés sobre una de las compañías más importantes del país, señalaron fuentes cercanas. Esto provocó temores en el lado francés de que el arresto de Ghosn pudo haberse orquestado casi como un golpe de estado, acusación que Saikawa rechazó.
Pese a las tensiones, analistas han elogiado la lógica industrial de la colaboración.
“Nissan Renault trabajó muy duro para crear esta alianza en los últimos 20 años. Es muy difícil que se separen de la noche a la mañana", dijo Takaki Nakanishi, analista de Jefferies en Tokio.
En junio, la alianza dijo que estaba encaminada a lograr su objetivo de más de 10.000 millones de euros (US$11.400 millones) en ahorros de costo combinados e ingresos incrementales hasta el 2022, a través de plataformas de fabricación conjunta y esfuerzos conjuntos de investigación y desarrollo. Las compañías dijeron que esperaban usar motores comunes en el 75 por ciento de los vehículos que producían en ese momento, lo que representa un alza respecto al tercio actual.
Las acciones de Renault subieron 0,7 por ciento en París, mientras que Nissan subió 1,4 por ciento y Mitsubishi hizo lo propio con 0,3 por ciento en Tokio. El anuncio se produjo después del cierre del mercado de valores de Japón.
Estaba previsto que los ejecutivos hablaran de las operaciones de la alianza, tales como movilidad, desarrollo regional, I + D y sus negocios rusos.