Los datos provisionales muestran que la vacuna, cuyo uso de emergencia ya está autorizado en China, es segura y que las personas que la recibieron generaron altos niveles de anticuerpos en el ensayo, según un comunicado publicado en el sitio web de la farmacéutica Beijing Biological Products Institute Co., filial de Sinopharm, la matriz de CNBG.
La tasa de eficacia de la vacuna, una de las dos desarrolladas por CNBG, cumple con el estándar mínimo de 50% de efectividad establecido por los reguladores estadounidenses para la autorización de emergencia de las vacunas contra el covid. Sin embargo, las vacunas de Moderna Inc. y Pfizer Inc., que utilizan una avanzada tecnología de ARN mensajero, han arrojado resultados mucho mejores, reduciendo los casos sintomáticos de covid en más de 90% en ensayos de gran escala.
La tasa anunciada el miércoles para la vacuna de CNBG también es más baja de lo que se informó en los ensayos de la vacuna en los Emiratos Árabes Unidos, donde el nivel de protección logrado llegó a 86%.
China enfrenta problemas para que el mundo confíe en sus vacunas
CNBG, que el mes pasado presentó una solicitud ante los reguladores chinos para la autorización de la vacuna, podría convertirse en el primer desarrollador fuera de Rusia cuyas vacunas estén disponibles para uso del público general, lo que subraya la determinación de China de ser una importante figura en el suministro de vacunas a países de todo el mundo. Otros países han dado el visto bueno a vacunas occidentales de la competencia solo para su uso de emergencia.
Sin embargo, China enfrenta el desafío de convencer a Gobiernos y a millones de personas de la seguridad y eficacia de sus vacunas. Los desarrolladores chinos han divulgado los datos de los ensayos de forma más lenta que sus pares occidentales, lo que podría mermar la confianza en estos tratamientos experimentales a medida que el mundo fija su atención en qué vacunas tienen más éxito en la lucha contra la pandemia.
La falta de transparencia quedó en evidencia la semana pasada, cuando ensayos para una vacuna del desarrollador chino Sinovac Biotech Ltd. mostraron resultados confusos en torno a la eficacia exacta del tratamiento en la protección de las personas contra el covid-19.
El primer millón de vacunas chinas llegaría a Argentina en enero
Un funcionario brasileño dijo que la vacuna de Sinovac no alcanzó el 90% de eficacia, mientras que Turquía señaló que un ensayo en su país mostró una tasa del 91%. Sinovac aún está conciliando los resultados de los ensayos independientes de fase III llevados a cabo en Brasil, Turquía, Indonesia y Chile, dijo la semana pasada una persona con conocimiento de los ensayos.
Tanto Sinopharm como Sinovac apuestan por vacunas exitosas para inocular a más personas en todo el mundo y salvar vidas. Las vacunas chinas también podrían ayudar a su país de origen a ganar influencia geopolítica y restaurar una imagen empañada por las críticas a su respuesta inicial al virus.
La vacuna China como promesa global
China acordó suministrar sus vacunas a Covax, una iniciativa respaldada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para proporcionar vacunas a países en desarrollo. Las vacunas chinas tienen la ventaja de un almacenamiento y distribución más fáciles, ya que no necesitan mantenerse congeladas, a diferencia de las de Pfizer y Moderna. Se pueden almacenar a temperaturas normales de refrigeración, lo que facilita la distribución a áreas rurales y países en desarrollo.
CNBG tiene acuerdos para el suministro de vacunas con varios países en desarrollo, entre ellos Malasia, Brasil, Pakistán y Emiratos Árabes Unidos, según informes públicos compilados por Bloomberg. Algunos de los principales desarrolladores occidentales, como AstraZeneca Plc y Pfizer, han firmado acuerdos con muchos más países.
A pesar del hecho de que las vacunas de China aún no han recibido la aprobación regulatoria para un uso generalizado, ya se han administrado dosis a cientos de miles de personas en China en virtud de un programa de uso de emergencia vigente desde mediados de año. Eso ha generado preocupación entre los científicos sobre los posibles riesgos en el uso de vacunas cuya seguridad y eficacia aún no se han estudiado a fondo.
Hasta el 19 de diciembre, cerca de un millón de chinos ya se habían vacunado, una gran parte de los más de 5,1 millones de vacunas que se han administrado hasta ahora en todo el mundo, según datos recopilados por Bloomberg.