Vodafone Group Plc y Telecom Italia SpA están en conversaciones para construir conjuntamente una red inalámbrica de última generación en Italia, compartiendo el coste y acelerando el despliegue de las conexiones de alta velocidad, según personas con conocimiento de la situación.
Las dos empresas firmaron un acuerdo de confidencialidad sobre la posible colaboración en una red 5G, con el objetivo de llegar a un acuerdo en el primer trimestre de 2019, dijeron las fuentes, que solicitaron no ser identificadas dado que las discusiones son privadas. Aún no se ha tomado ninguna decisión final, agregaron.
La asociación podría incluir compartir torres inalámbricas y equipos de radio y potencialmente concederse mutuamente acceso a los 4.800 millones de euros (US$5.400 millones) en espectro 5G que las dos compañías compraron en la subasta de este año, señalaron.
Un acuerdo entre los dos rivales que acelere el despliegue de los servicios móviles de última generación probablemente sería bien acogido por el gobierno italiano, que está presionando para que se aceleren las velocidades de internet y desincentivando los esfuerzos para construir redes duplicadas. Telecom Italia está respondiendo a la presión política buscando colaborar con Open Fiber SpA, financiada por el estado, para acelerar el desarrollo de conexiones de alta velocidad para hogares y empresas.
Una asociación para red compartida con Vodafone también indicaría que el máximo ejecutivo de Telecom Italia, Amos Genish, es capaz de mantenerse enfocado en el avance de los intereses comerciales de la compañía, a pesar de una batalla entre accionistas que ha alimentado la especulación acerca de si puede mantener su puesto.
Precio de la red 5G
La red 5G ya se está perfilando como una tecnología cara. Para soportar las características que promete –conexiones de alta velocidad y baja latencia para hogares y ciudades inteligentes, coches sin conductor, así como vídeos y juegos de alta definición– las redes tendrán que ser más densas y capaces de manejar el tráfico adicional.
La tecnología podría llegar a ser 100 veces más rápida que la red 4G, con velocidades que podrían alcanzar los 10 gigabits por segundo. Esto permitiría descargar una película de larga duración en alta definición en cuestión de segundos. La red 5G también aumentará la velocidad de transmisión y el ancho de banda total, lo que será necesario para satisfacer la demanda añadida de la "internet de las cosas": el número de objetos que van desde refrigeradores hasta semáforos y collares de perros que envían y reciben datos.
La subasta italiana de ondas de radio generó US$7.600 millones, más del doble de lo que esperaba el gobierno. El precio de una de las bandas del espectro que mejor funciona en las zonas edificadas alcanzó un récord mundial durante la subasta, lo que contribuyó a que los precios para desarrollar 5G en Europa sean unos de los más caros del mundo.
Telecom Italia subió un 2,8 por ciento a 53 céntimos de euro el lunes en Milán. Vodafone avanzó un 0,3 por ciento a 144,36 peniques en Londres.
El nuevo máximo ejecutivo de Vodafone, Nick Read, que sucedió a Vittorio Colao en octubre, ha señalado que está dispuesto a hacer acuerdos sobre las torres, ya que el operador de telefonía se enfrentará a la próxima factura de la red 5G.
Read se encuentra bajo la presión de los inversionistas para equilibrar el coste de las adquisiciones, incluido el acuerdo de 18.400 millones de euros para algunos de los activos europeos de Liberty Global Plc, con los compromisos de dividendos y el gasto en crecimiento orgánico. También ha atraído el interés del activista Elliott Management Corp. que asumió una participación en la compañía pero que no ha detallado públicamente sus intenciones.
Aumento de los precios
La intensa competencia, exacerbada por las frecuentes sentencias de los reguladores europeos en contra de la consolidación, está ejerciendo presión sobre algunos operadores que se enfrentan a la perspectiva de gastar en nuevas tecnologías de red.
Este mes, Telecom Italia descartó un objetivo de reducción de deuda y llevó a cabo una amortización por depreciación de activos de aproximadamente 2.000 millones de euros.