El médico veterinario y prosecretario de CARBAP, Fernando Ferrari, en diálogo con Canal E, advirtió sobre el riesgo del regreso de la encefalomielitis equina, una enfermedad que afecta a caballos y puede transmitirse a los humanos.
“Esta es una enfermedad de los equinos, también llamada locura equina por toda la sintomatología que produce”, detalló Fernando Ferrari. “Se da en esta época por la proliferación de los mosquitos. El mosquito, los roedores y los animales silvestres hacen de huéspedes intermediarios. Los huéspedes terminales serían los equinos y los humanos”, explicó.
Cómo se transmite la enfermedad
Asimismo, subrayó que se trata de una zoonosis, pero aclaró que, “no se transmite del equino al humano por contacto de las personas que andan a caballo”. En cambio, la transmisión ocurre cuando un mosquito pica a un animal infectado y luego contagia a otro. “Hay que tener la precaución de no inyectar con una misma aguja cuando estamos vacunando un equino que está con la enfermedad”, advirtió, en referencia a las prácticas de vacunación masiva.
Ferrari remarcó la obligatoriedad de la vacunación en todos los equinos: “Hay que vacunar a los equinos, es obligatorio vacunarlos. Esta es una enfermedad transmitida por dos tipos de virus, una encefalomielitis equina este y otra oeste. La vacuna está preparada para estas dos cepas, se llama bivalente y es transmitida exactamente por los mosquitos”.
El mosquito que transmite la enfermedad no sería el mismo que el dengue
Sobre si el mosquito transmisor es el mismo del dengue o la chikungunya, aclaró: “No son los mismos que transmiten el dengue, es otra variedad de mosquitos, pero son los mosquitos comunes que andan en el campo. Y realmente andan muchísimos ahora con este tema de la humedad y el calor”.
El entrevistado describió en detalle los síntomas de la encefalomielitis equina. “Esta es una enfermedad que tiene un periodo de incubación de 1 a 7 días, con temperatura al principio y como ataca las células nerviosas, el encéfalo, se llama locura porque el caballo empieza a sentir como una presión y empieza a correr en forma desesperada”, señaló.
A su vez, agregó que los animales infectados pueden “pegar la cabeza contra los palos de los alambrados, girar en círculo, caer o tener temblores”. Y advirtió que, aunque “no todos los caballos se mueren”, aquellos que sobreviven “quedan con secuelas”.