En un encuentro con periodistas, Scott Bessent fue categórico: cualquier acción de apoyo para estabilizar la moneda argentina será “grande y contundente”. El funcionario subrayó que Estados Unidos dispone de múltiples herramientas para asistir a la Argentina, desde líneas de swap hasta la compra de deuda en dólares, sin imponer nuevas condiciones al gobierno de Javier Milei.
La reunión Milei–Trump como punto de inflexión
Según adelantó el secretario, la decisión final sobre el alcance del respaldo será tomada tras el encuentro entre el presidente argentino y Donald Trump, previsto para el martes en Nueva York. Ese cara a cara es considerado por los mercados como un momento decisivo para delinear el futuro de las medidas de estabilización cambiaria.
Confianza en las reformas argentinas
Bessent también transmitió tranquilidad al remarcar que no prevé un efecto contagio regional por la situación económica argentina.
Reconoció la volatilidad de los mercados, pero sostuvo que la reacción fue “excesiva” y que en Washington no se ha perdido confianza en las reformas impulsadas desde Buenos Aires.
El rol del FMI en la coyuntura
El titular del Tesoro reveló que mantuvo comunicación directa con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. Aseguró que el organismo no prevé ajustes en el programa vigente con la Argentina antes de las elecciones, lo que aporta previsibilidad al escenario inmediato.
Según Bessent, la posición del FMI es consistente con el acompañamiento de Washington.
Una estrategia de respaldo ampliado
Estados Unidos también notificó a otros ministerios de Economía sobre la coyuntura argentina, con el objetivo de explorar apoyos adicionales.
De acuerdo con Bessent, algunos países podrían sumarse a la estrategia de respaldo si las circunstancias lo requieren, ampliando así la coalición internacional en favor de la estabilidad argentina.
El contexto político regional
En su diálogo con la prensa, el secretario del Tesoro vinculó la asistencia a un panorama político regional en transformación. Según su análisis, varios países de América Latina, incluida Colombia, muestran un “giro hacia la derecha” que Washington busca consolidar como parte de su estrategia geopolítica en la región.