El economista Ernesto Mattos explicó en conversación con Canal E que la combinación de liquidez limitada en dólares, presión del FMI y baja liquidación del agro anticipa meses de fuerte volatilidad.
Mattos analizó el complejo escenario de reservas y tensiones cambiarias que enfrenta el Gobierno. Señaló que el Fondo Monetario Internacional introdujo cambios clave: “Está claro que el FMI modificó la meta de reservas”, permitiendo incluso para 2025 un objetivo de reservas negativas. Según explicó, esa meta rondaría los 3.000 millones de dólares, lo que introduce un margen adicional pero también mayor presión.
La polémica por Berkeley y la falta de dólares
Mattos afirmó que el reciente informe de Berkeley generó tensión interna: “Puso un poco en incomodidad al gobierno”, ya que expuso que los dólares obtenidos no fueron destinados a cancelar deuda en moneda extranjera, sino principalmente en pesos. Según el economista, los reportes oficiales de Finanzas ya mostraban que “lo más relevante en cancelaciones estaba ligado a deuda en pesos”.
Respecto de la liquidez internacional, explicó que la administración acudió al Tesoro de Estados Unidos en busca de apoyo financiero, pero aclaró: “El gobierno tiene un problema de liquidez en moneda dura, no en pesos”. Señaló que desde el inicio de la gestión se sostuvo un esquema de endeudamiento en pesos respaldado por ANSES y Banco Nación, algo que considera manejable mientras continúe la renovación de vencimientos.
Sin embargo, destacó un dato crítico: “La liquidación de noviembre fue de 790 millones, la más baja en diez años”, dificultando la acumulación de reservas. Recordó que el mes previo habían ingresado 7.000 millones, de los cuales se rescindieron 1.500 millones que podrían haber aliviado diciembre.
Tipo de cambio, importaciones y expectativa de devaluación
Sobre el tipo de cambio considerado por Berkeley, Mattos fue categórico: “Están hablando de un dólar entre 1.700 y 2.000 pesos”, lo que podría implicar un fuerte impacto económico. Alertó que con un dólar más caro se agravaría la recesión industrial: “El empresario ya está despidiendo gente y está importando; dejó de fabricar”, describió, comparando el escenario con “los juegos del hambre”.
Sobre la posibilidad de una nueva devaluación hacia marzo, afirmó: "La evaluación teóricamente vendría en marzo”, estimando un ajuste de entre 20% y 30%.
Consultado sobre un eventual verano dolarizador, Mattos explicó que la dinámica ya está en marcha: "A ver, primero que ya devaluaron”, señaló, detallando que las bandas de flotación permiten incrementos graduales: “Pueden ir haciendo microevaluaciones: 1.500, 1.600, 1.700… pero eso es una devaluación”.
A su juicio, el mercado enfrenta tres factores simultáneos: presión estacional por vacaciones, baja liquidación del agro y expectativas devaluatorias. Todo ello podría acelerar la demanda de dólares en los próximos meses.