El principio de acuerdo comercial entre Estados Unidos y China genera alivio momentáneo en los mercados, pero abre interrogantes sobre el futuro económico global.
Para hablar sobre este tema, Canal E se comunicó con el economista Pablo Ferrari quien comentó que, “Trump actúa bajo un fenómeno de ensayo-error”, al describir el comportamiento del presidente estadounidense en las negociaciones con China.
Según el economista, su estilo errático responde tanto a una falta de planificación técnica como a tensiones internas dentro del capital norteamericano.
“No es que discrepan con el enfoque político de Trump, sino que tenían estrategias diferentes para defender los mismos intereses”, agregó, y recordó episodios como el cruce entre Elon Musk y Peter Navarro por los aranceles a las importaciones clave para la industria tecnológica.
Un freno táctico, no un cambio de rumbo
Aunque la reciente tregua comercial parezca un paso atrás en el enfrentamiento bilateral, Ferrari considera que “probablemente este parate esté dentro del fenómeno de tácticas” propias del estilo negociador de Trump. Lo ve más como un repliegue temporal que como una rectificación estructural.
Además, vinculó esta pausa con la coyuntura económica interna: “El fenómeno de mayor inflación en Estados Unidos va a ocurrir, lo tienen pronosticado”, y señaló las tensiones que eso genera con la Reserva Federal y su presidente, Jerome Powell.
Una recesión prevista... y aceptada
Para Ferrari, la amenaza de recesión no es un efecto colateral, sino una posibilidad asumida por la administración estadounidense: “El escenario recesivo, no sólo en EE.UU. sino mundial, está dentro de las consecuencias obligadas de las políticas de Trump”.
En este sentido, recordó que Estados Unidos necesita reconfigurar sus cadenas de abastecimiento y regionalizar sus procesos productivos para frenar el avance de China. “China ya los pasó en distintas áreas, y si no meten el freno de mano, se escapa la tortuga”, graficó.
¿Qué pasa con Argentina?
Consultado sobre el impacto local de este acuerdo, Ferrari fue claro: “En términos coyunturales, representa un alivio de 90 días”. No cree que haya beneficios directos, pero sí cierta estabilidad temporal que puede ser aprovechada por un gobierno con poco margen de maniobra.
“Al día siguiente de la escalada arancelaria vimos cómo caían las bolsas del mundo”, recordó, para explicar cómo la volatilidad internacional golpea incluso a las economías periféricas. La pausa en la guerra comercial brinda oxígeno a los mercados emergentes, aunque por poco tiempo.
Tecnología, mercados y el futuro del Nasdaq
En cuanto al impacto sobre el sector tecnológico, Ferrari fue cauto: “Sí, pero en términos coyunturales”, respondió ante la posibilidad de una recuperación del índice Nasdaq.
Advirtió que el panorama a largo plazo sigue siendo incierto, ya que “no sabemos cómo va a derivar esto” ni cómo se reconfigurarán las cadenas de abastecimiento estratégicas.
Para cerrar, enfatizó que estamos ante un cambio estructural: “Todo el mundo entiende que hay una bisagra histórica y que van a ser perdurables los cambios que ocurran”, concluyó.