En entrevista con Canal E, Hernán Zanghellini, economista de IDESA, afirmó que el superávit fiscal argentino “es una señal positiva, pero no un músculo financiero”, y que debe utilizarse para fortalecer las reservas en lugar de contener la coyuntura.
Reservas propias vs. intervencionismo: el dilema argentino
"El superávit fiscal no alcanza para cubrir el swap", aclaró Zanghellini al referirse al reciente acuerdo de intercambio de monedas con Estados Unidos. Según el economista, el superávit actual es apenas una muestra de orden y disciplina, pero "está lejos de tener una magnitud necesaria como para cancelar compromisos de esta escala".
Desde IDESA proponen destinar esos excedentes a fortalecer las reservas del Tesoro: “Si nosotros logramos acumular reservas propias, recién ahí podremos reducir la dependencia del swap y préstamos externos”. A su juicio, seguir utilizando esos recursos para intervenciones cambiarias sería un error estratégico.
Consultado sobre por qué no se tomaron estas medidas en 2023, Zanghellini explicó que el país aún operaba en modo emergencia: “El año pasado el gobierno venía de una economía muy desordenada, con inflación altísima y sin acceso al crédito”. En ese contexto, el superávit se utilizó más para contención que para planificación.
Confianza externa vs. confianza interna
En cuanto a la relación entre credibilidad interna y externa, el economista fue contundente: “El problema de Argentina no es de solvencia, sino de confianza 100%”. A pesar de algunas señales de orden fiscal, "los inversores no creen que Argentina pueda pagar, aunque tenga voluntad", señaló, destacando que el riesgo país supera los 1.000 puntos pese al superávit.
“Argentina tiene un discurso fiscal, pero le falta la ejecución económica”, criticó. A su entender, el país repite fórmulas de control del dólar que han sido aplicadas sin éxito por distintos gobiernos: crawling peg, bandas, cepo cambiario y otras. "Anuncios hay muchos, faltan señales consistentes", sentenció.
Sobre las elecciones, anticipó que un resultado adverso para el oficialismo podría generar más incertidumbre, pero advirtió: “Si el gobierno responde reafirmando su compromiso con la solvencia y el orden, el mercado va a entender que Argentina sigue en el camino correcto”.
También justificó la polémica liquidación del agro: "El gobierno usó esos dólares para mantener el techo de la banda y evitar un salto inflacionario previo a las elecciones", aunque reconoció que esto generó descontento tanto en el agro local como en Estados Unidos.
Finalmente, sobre el pago de deuda con recursos prestados, fue claro: “Se ha cumplido con los pagos, pero con recursos prestados. Las cuentas se pagan, pero la confianza todavía no”.