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Inundaciones: alertan por pérdidas millonarias y reclamos por obras inconclusas del Río Salado

Un relevamiento satelital reveló millones de hectáreas inundadas y fuertes pérdidas productivas, según explicó el periodista agropecuario, Luis Machado.

Campos inundados
Campos inundados | Cedoc

El reciente relevamiento satelital realizado por CARBA encendió todas las alarmas en el sector agropecuario. En diálogo con Canal E, el periodista especializado, Luis Machado, explicó la magnitud del fenómeno y analizó las consecuencias económicas y productivas que enfrentarán los productores en los próximos meses. Según detalló, “hay 2 millones de hectáreas inundadas y unas 3,8 millones de hectáreas afectadas”, un número que supera ampliamente las estimaciones iniciales.

CARBA —la entidad que nuclea a las asociaciones rurales de Buenos Aires y La Pampa— utilizó imágenes satelitales registradas entre el 11 y el 13 de noviembre para calcular el impacto real. Machado enfatizó que el problema no radica únicamente en las áreas que permanecen bajo el agua, sino también en aquellas donde las máquinas agrícolas no pueden ingresar. Según explicó, “no puede entrar un tractor, no puede entrar una cosechadora o una pulverizadora”, lo que impide completamente el avance del calendario de labores.

Impacto económico y productivo

El retraso en las tareas agrícolas se traducirá, según el periodista, en una pérdida económica enorme para el sector. “Se perderían unos 2.000 millones de dólares porque no se van a poder sembrar”, afirmó al analizar la imposibilidad de concretar la siembra de soja y maíz en las hectáreas afectadas. En un ciclo productivo ya presionado por los efectos de años de sequía, las inundaciones profundizan aún más la fragilidad del sistema.

La combinación de campos anegados y caminos rurales intransitables deja a productores sin margen de acción. Muchos de ellos, indica Machado, ya resignaron la campaña y se concentran en evitar daños mayores: pérdida de fertilidad, erosión, deterioro de maquinaria y complicaciones logísticas. La preocupación crece especialmente en el centro y noroeste bonaerense, donde algunas zonas llevan nueve meses sin poder recuperarse plenamente.

Reclamos y obras pendientes

Ante este escenario, las entidades ruralistas reforzaron un reclamo histórico: completar el Plan Maestro del Río Salado. Machado sostuvo que “las obras tendrían que haberse terminado hace 10 años” y que su finalización habría evitado gran parte de las inundaciones actuales. El proyecto, que involucra tanto a la Nación como a la Provincia, quedó inconcluso en etapas intermedias pese a ser clave para el escurrimiento de excedentes hídricos.

El pedido de los productores es concreto: que para 2030 las obras finalmente estén finalizadas y se pueda reducir el riesgo de nuevos anegamientos. El periodista recordó que los últimos años de sequía hicieron “invisible” la problemática hídrica, pero las precipitaciones recientes volvieron a mostrar la vulnerabilidad estructural de la región. Si el plan no avanza, advierten, episodios como el actual podrían repetirse con consecuencias cada vez más graves.