En diálogo con Canal E, Marcelo Elizondo, especialista en comercio internacional, analizó el escenario global marcado por la reacción del Senado mexicano frente al avance exportador chino.
El especialista en comercio internacional explicó que la reciente decisión del Senado mexicano de aumentar aranceles a China se enmarca en un contexto de “tensiones comerciales de distinto tipo”, muchas de ellas impulsadas por disputas geopolíticas y por la búsqueda de liderazgo tecnológico entre potencias globales.
Según el experto, “el mundo está viviendo una serie de tensiones comerciales de distinto tipo”, lo que ha llevado a que países adopten medidas defensivas frente al enorme flujo de exportaciones chinas.
Elizondo recordó que China obtuvo este año un récord histórico de superávit comercial —un billón de dólares— y mantiene un crecimiento sostenido de sus ventas externas incluso pese a las sanciones arancelarias. Afirmó que el país asiático exporta tanto de forma directa como mediante empresas que se instalan en otros mercados para esquivar obstáculos, lo que ha generado reacciones desde múltiples regiones. En ese sentido, mencionó que “muchos países están preocupados por los bajos costos y la masividad de la oferta china”, lo que explica decisiones como la de México y otras previas en Estados Unidos y la Unión Europea.
Un escenario de reacciones unilaterales y desconfianza global
Consultado sobre si estas medidas alcanzarán para frenar el avance chino, Elizondo afirmó que el mundo se está moviendo hacia respuestas individuales y no hacia el consenso. Señaló que “el mundo está avanzando hacia las reacciones unilaterales… y no de la búsqueda de un gran acuerdo plurilateral” y que esta dinámica dificulta cualquier intento de construir reglas homogéneas. Para el especialista, la única salida sostenible sería reformular la Organización Mundial del Comercio y redefinir los criterios de competencia leal.
Sin embargo, reconoció que el clima actual no favorece un acuerdo, ya que existe “una gran desconfianza” entre las principales potencias: China, Estados Unidos y la Unión Europea. A eso se suma la emergencia de actores como India. Esta tensión, dijo, está “minando la capacidad de un acuerdo”, pero insistió en que “la única manera de evitar que esto vaya agravándose es generar un gran acuerdo internacional”.
A pesar de las sanciones, Elizondo aclaró que el comercio global no está disminuyendo, sino redireccionándose: más intercambio entre países cercanos geopolíticamente y menos entre rivales. Este fenómeno, sostuvo, revela la resiliencia empresarial y explica por qué los números globales se mantienen, aunque las relaciones bilaterales cambian.
La Argentina frente al avance chino: maquinaria, insumos y tecnología
Consultado sobre los productos chinos más presentes en el mercado argentino, Elizondo precisó que la mayor parte de las importaciones proviene de sectores estratégicos. “La gran oferta china tiene que ver con productos vinculados con la maquinaria, los insumos para la producción industrial y las tecnologías”, detalló.
Si bien reconoció un crecimiento reciente en bienes de consumo, indicó que aún no representan la mayor proporción del flujo comercial. Para el especialista, la discusión argentina no difiere del debate global: la preocupación por la competitividad frente a los precios bajos chinos se replica prácticamente en todos los países occidentales