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Medicina

Martín Morgenstern: “La industria farmacéutica frena el avance de la edición genética para terapias contra el cáncer”

El médico y especialista en economía de la salud Dr. Martín Morgenstern explicó cómo la edición genética representa una revolución médica capaz de curar enfermedades terminales, pero denunció que los intereses de la industria farmacéutica impiden su desarrollo masivo.

Martín Morgenstern: “La industria farmacéutica frena el avance de la edición genética para terapias contra el cáncer”
Martín Morgenstern: “La industria farmacéutica frena el avance de la edición genética para terapias contra el cáncer” | CEDOC

En una entrevista con Canal E, el Dr. Martín Morgenstern, especialista en economía de la salud, analizó los avances científicos vinculados a la edición genética y explicó por qué terapias que han demostrado curar distintos tipos de cáncer todavía no se implementan a gran escala.

El especialista recordó que en 2019 presentó junto a su equipo una investigación ante el Ministerio de Ciencia y Técnica y en el Congreso Internacional de Economía de la Salud realizado en Argentina, donde documentaron casos concretos de recuperación total de pacientes terminales mediante técnicas de edición genética conocidas como CRISPR.

Casos exitosos de curación con terapias genéticas

Morgenstern relató dos casos emblemáticos que marcaron un antes y un después en el campo biomédico.

El primero fue el de Emily Whitehead, una niña tratada en 2012 por la Universidad de Pensilvania con linfocitos T editados genéticamente para combatir una enfermedad oncológica terminal. “La recuperación fue total, absoluta, la enfermedad desapareció por completo”, relató el médico.

Whitehead no solo logró superar el cáncer, sino que llegó a convertirse en gimnasta olímpica, participando en los Juegos Olímpicos de 2020 y 2024, donde incluso obtuvo una medalla de bronce.

El segundo caso fue el de Judy Perkins, una ingeniera estadounidense de 49 años con cáncer de mama metastásico, tratada en el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos. Según explicó Morgenstern, la paciente fue sometida a una terapia con linfocitos T modificados y a la eliminación del gen PD-1, lo que permitió que su sistema inmunológico reconociera y eliminara las células cancerígenas. “La paciente se curó completamente”, aseguró.

El especialista destacó además que esa alteración genética sirvió de base para el desarrollo del medicamento Keytruda, aunque advirtió que la industria farmacéutica lo comercializa a precios muy superiores en algunos países.

El freno de la industria farmacéutica

Consultado sobre por qué estas terapias no se aplican de manera masiva, Morgenstern fue contundente: “La industria es muy poderosa, financia investigaciones y las conduce hacia donde le conviene, no hacia donde benefician a las personas”.

Explicó que los laboratorios prefieren impulsar tratamientos estandarizados, como los marcadores CAR-T, en lugar de desarrollar medicina personalizada basada en la edición genética individual. “En el cáncer de mama, por ejemplo, hay mil subtipos, y solo el 40% están identificados. Es imposible que un solo producto sirva para todos los pacientes”, advirtió.

Los costos de los insumos y las trabas al progreso científico

Morgenstern también denunció el sistema de sobreprecios que rodea a los insumos necesarios para la edición genética. “Un kit básico cuesta entre 100 y 900 dólares, pero cuando se usa con fines terapéuticos, el costo se multiplica miles de veces”, explicó.

Según señaló, esta práctica constituye otra barrera que impide que las terapias genéticas lleguen a los pacientes y se conviertan en una alternativa viable frente a los tratamientos tradicionales. “Es otra manera de frenar que esto se utilice directamente en la terapia. Todo el campo médico está bajo el yugo de estas cosas”, lamentó.

El desafío de independizar la investigación científica

Finalmente, el Dr. Morgenstern subrayó la necesidad de que los países impulsen investigaciones en edición genética independientes de la industria farmacéutica.

“Hasta que los Estados no tomen con seriedad el tema de la edición genética y lo impulsen por cuenta propia, esto no va a avanzar”, concluyó.