Martín Sandoval, especialista en mercado laboral, dialogó con Canal E y explicó que el modelo de contratación tercerizada y temporaria está creciendo en sectores clave, incluso en puestos de alta dirección.
El auge de la contratación tercerizada en altos mandos
“El modelo de contratación permanente es el más elegido por las compañías, cerca del 86%, de acuerdo a un estudio”, explicó Martín Sandoval, pero aclaró que cada vez más empresas incorporan esquemas alternativos como el Interim Management o el de Profesionales Fractional.
“Va ganando terreno incluso a niveles ejecutivos, gerenciales y en roles de consejeros importantes en la escala organizacional”, afirmó el especialista. Esta modalidad, indicó, se aplica principalmente en áreas como finanzas y consumo masivo, y responde a una necesidad de las empresas de contar con mayor flexibilidad en momentos de cambio o incertidumbre económica.
“Es muy habitual esta modalidad en proyectos que duran entre seis meses y dos años”, detalló Sandoval, y agregó que “este modelo también permite reinsertarse a profesionales que estuvieron fuera del mercado, como mujeres que regresan tras la maternidad”.
En Argentina, las empresas también recurren a estos esquemas para abrir nuevas unidades de negocio o cubrir puestos estratégicos de forma temporal, sin comprometer recursos a largo plazo.
Sueldos competitivos y nuevas formas de empleo
Sandoval también destacó que muchos de estos empleos “están bien remunerados, con salarios brutos que oscilan entre $1.200.000 y $4.000.000”. Este tipo de trabajos, sostuvo, se da con frecuencia en tecnología, comunicación digital y redes sociales, donde el esquema por proyectos es ya una norma.
“Hoy se habla de uberización del trabajo, porque son trabajos por proyectos, termina uno y empieza otro”, sostuvo. Esta dinámica, explicó, implica una renovación constante de conocimientos y habilidades, lo que se traduce en profesionales más versátiles.
En cuanto a si este modelo resulta positivo o negativo, Sandoval lo planteó como una oportunidad tanto para trabajadores como para empleadores: “Tiene su lado positivo, porque permite a las personas volver al mercado laboral o continuar dentro de él, renovándose permanentemente”.
Desde el punto de vista empresarial, remarcó que “les da más plasticidad al contratar”, sobre todo en contextos económicos recesivos donde mantener personal en relación de dependencia se vuelve una carga difícil de sostener.