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Amilcar Collante: “El Gobierno no puede estar mucho tiempo sin acceso al mercado internacional de deuda”

El economista Amílcar Collante analiza el complejo escenario financiero del país, marcado por la cautela de los mercados, la dependencia de deuda y las trabas a la inversión extranjera.

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Mercados | Cedoc

El mercado argentino atraviesa una etapa de estancamiento marcada por la falta de definiciones políticas y una estrategia económica que depende fuertemente de colocaciones de deuda.

En diálogo con Canal E, el economista, Amilcar Collante comentó que, “el riesgo país está como lateralizando desde el arranque del año”. La falta de definiciones políticas y la tensión en torno a figuras como Cristina Fernández de Kirchner, explicó, han detenido el apetito inversor y frenado la recuperación sostenida de bonos y acciones.

Si bien hubo avances en desinflación, “el índice de precios de mayo fue muy bajo, 1,5%”, el mercado todavía espera señales claras antes de volver a apostar fuerte por Argentina.

La estrategia oficial: deuda y estabilización

Según Collante, el Gobierno se enfocó en estabilizar el frente fiscal y monetario, pero lo hizo priorizando la desinflación por sobre la acumulación de reservas. “El gobierno ha optado en priorizar la desinflación y eso le está trayendo buenos frutos”, explicó. Sin embargo, esto genera un estancamiento: se compran pocos dólares, se colocan bonos de corto plazo y el acceso real a divisas sigue siendo limitado.

No hay definición, estamos en una transición cruzada por el tema electoral”, sintetizó el economista, advirtiendo que el mercado espera mayor claridad tras los comicios de septiembre y octubre.

Inversores extranjeros: entre el recuerdo del 2018 y la prudencia actual

Ante la afirmación oficial de que hay confianza extranjera, Collante fue cauto: “Se ve cierta prudencia”, dijo. La experiencia fallida de 2018 dejó huella, con grandes fondos internacionales retirándose abruptamente y desencadenando una crisis cambiaria. “Esa memoria pesa”, afirmó, y retrasa el regreso del capital extranjero, pese a sectores como Vaca Muerta y la minería que podrían atraer inversiones.

También aclaró que la apertura parcial del cepo favoreció más a personas físicas que a empresas, lo que mantiene la desconfianza. “El inversor también se quiere asegurar que si entra, tiene salida para sus utilidades”, subrayó.

Reservas: una necesidad impostergable

Collante fue contundente sobre el rol de las reservas en la economía argentina: “No puede estar mucho tiempo sin acceso al mercado internacional de deuda”. A pesar de la colocación de bonos, el país necesita recomponer reservas de forma sostenida para generar confianza. Y propuso una política explícita: “El Banco Central debería anunciar un objetivo de compra, por ejemplo, 5 mil millones de dólares en un plazo determinado”.

Comparó la situación con otros países de la región que cuentan con reservas equivalentes al 15-20% del PBI, mientras que Argentina aún está muy por debajo. En el corto plazo, advirtió que seguir recurriendo a deuda sin respaldo real puede tener consecuencias graves. “No hay reserva que te aguante”, advirtió.

Menos deuda, más inversión real

Collante también se refirió al problema estructural de Argentina: la falta de inversión genuina. “Todavía no está entrando en el radar completamente”, dijo sobre el interés extranjero. Aunque algunos sectores tienen potencial, las restricciones cambiarias, la falta de reglas claras y la incertidumbre política alejan a los capitales de largo plazo.

El desafío, explicó, no solo es atraer inversión financiera, sino lograr que esas inversiones se traduzcan en producción, empleo y exportaciones reales. “Es fundamental no abusar de la deuda”, insistió, recordando cómo la salida abrupta de fondos en 2018 desestabilizó toda la política cambiaria.