En conversación con Canal E, Pedro Gaité, economista, analizó el presente económico argentino y advirtió que sin una recuperación del consumo y de los salarios “no hay posibilidad de crecimiento sostenible”.
Recesión, precarización y un consumo en caída
“Estamos viendo una economía que está entrando en recesión”, afirmó Gaite, al explicar que el país enfrenta “un problema de actividad importante que se traduce en desempleo y precarización laboral”. Según el economista, la pérdida de empleos registrados está siendo absorbida por trabajos informales o en plataformas, lo que genera una mayor fragilidad social.
“Alguien que pierde su trabajo en la industria o el comercio termina manejando un Uber o repartiendo en una aplicación”, ejemplificó, destacando que, aunque estas alternativas alivian el impacto, “implican empleos con menos seguridad social y menores ingresos”.
Gaite señaló que el nivel de actividad industrial es crítico: “La industria está operando por debajo del 60% de su capacidad instalada y los salarios reales están 30% por debajo de los valores de 2015”. En ese contexto, sostuvo que “Argentina tiene todo dado para crecer, pero primero hay que normalizar la macroeconomía”.
El economista también cuestionó el efecto del endurecimiento monetario: “Este apretón de tasas provocó una caída muy fuerte del crédito y un aumento de la morosidad de las familias”, lo que golpeó aún más al consumo. No obstante, valoró los primeros cambios: “El Gobierno empezó a bajar las tasas e inyectar pesos, algo necesario para que la economía rebote”.
Salarios, industria y el modelo productivo a largo plazo
Para Gaite, el desafío inmediato es impulsar el consumo privado, clave para reactivar la producción. “La industria tiene 4 de cada 10 máquinas paradas; no va a aumentar la producción si no aumentan las ventas, y para eso tiene que crecer el salario real”, remarcó.
Al analizar las reformas económicas en agenda, fue tajante: “Flexibilizando el mercado laboral y bajando impuestos no se resuelve el problema de fondo”, ya que el principal obstáculo es la falta de demanda. “Si no hay ventas, nadie va a invertir ni contratar más gente”, insistió.
También advirtió sobre la “sustitución inversa”, fenómeno por el cual la producción local es reemplazada por importaciones: “A la industria le aumentan los costos, le caen las ventas y le entran más productos del exterior”, explicó.
En cuanto al perfil productivo del país, sostuvo que “los sectores a los que apunta el Gobierno —minería, energía, agro— pueden generar divisas, pero no empleo de calidad”. En ese sentido, alertó: “Aún si el Gobierno es exitoso en sus propios términos, el riesgo es una destrucción de empleo formal en la industria y el comercio”.
Finalmente, Gaite subrayó que la prioridad debe ser el crecimiento con inclusión: “Lo que hace falta es que aumente el consumo, para que aumente la producción y la generación de empleo”, recordó, citando la experiencia de la posconvertibilidad, cuando “con las mismas leyes laborales, la economía crecía al 7 u 8% anual”.