En diálogo con Canal E, el productor yerbatero Ygor Sobol analizó la situación del sector, que enfrenta un escenario crítico en la producción primaria pese a que el consumo mostró una recuperación del 15,7% en el primer semestre del año. Sobol denunció que la desregulación del Instituto Nacional de la Yerba Mate dejó a los productores sin una herramienta clave para fijar precios y advirtió que muchos están quebrando o abandonando la actividad.
Producción primaria en crisis
Sobol describió un panorama negativo para los productores: precios en baja, cosecha que empezó más tarde y terminó antes, y secaderos que no están operando a pleno. Explicó que el retraso inicial estuvo marcado por protestas y cese de cosecha, y que luego muchos productores retomaron la entrega de materia prima “por necesidad, incluso a bajo costo, para solventar gastos cotidianos”.
Precios muy por debajo de los costos
Según el productor, en el mejor de los casos algunas cooperativas pagan $300 por kilo de hoja verde puesta en secadero, pero en la mayoría de los casos los valores rondan entre $250 y $280, “muy por debajo de lo que cuesta producir yerba mate”. Los principales incrementos se dieron en combustible, insumos dolarizados para fertilización, mantenimiento y mano de obra, lo que llevó a muchos a mecanizar la cosecha.
El golpe de la desregulación
Sobol cuestionó la decisión del Gobierno Nacional de desregular el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), organismo que permitía dos veces al año evaluar los costos y fijar precios de referencia. “Hace más de un año que estamos sin presidente del Instituto, a la deriva”, lamentó. Sin esa herramienta, dijo, los productores están en desventaja frente a un mercado con muchos oferentes y pocos compradores.
Estrategias de supervivencia y falta de alternativas
El entrevistado planteó que la única salida es fomentar el asociativismo y la producción de yerba mate terminada para no depender solo de la venta de hoja verde. Sin embargo, advirtió que la desregulación llegó de forma abrupta, sin tiempo para prepararse. También remarcó que otras producciones regionales, como el té o la mandioca, tampoco atraviesan un buen momento, lo que limita las opciones para reconvertirse.
Importaciones y competencia
Sobre la apertura de importaciones, Sobol señaló que hay opiniones divididas, pero consideró que sí generan un impacto negativo en la producción primaria, sobre todo por el ingreso de volúmenes de yerba de menor calidad. Sumado a los altos niveles de producción del año anterior, esto contribuyó a la caída de precios.