En diálogo con Canal E, el analista José María Rodríguez Saráchaga analizó el fracaso del armado de Provincias Unidas y las expectativas de los gobernadores frente al nuevo mapa político.
Según explicó, el experimento político fue extremadamente breve y estuvo sostenido más por expectativas electorales que por coincidencias reales. “Lo de Provincias Unidas fue como el experimento más breve de la historia política argentina”, afirmó.
Rodríguez Saráchaga señaló que varios de los mandatarios ya se han acercado al Gobierno nacional, en especial el gobernador Jaldo. El armado nació anticipando un colapso del oficialismo: “Pensaron que esto se terminaba, que venía el helicóptero”, sostuvo. Sin embargo, al conocerse los resultados electorales, los gobernadores dieron marcha atrás y retomaron el diálogo con la Casa Rosada.
El derrumbe del bloque y la imposibilidad de un interbloque amplio
El analista remarcó que la alianza mostró debilidad electoral desde el inicio: “En capital y provincia no sumaron nada”, recordó. Para Rodríguez Saráchaga, esto demuestra que la coalición ni siquiera alcanzó a consolidarse.
Consultado sobre la posibilidad de formar un interbloque de 16 legisladores, respondió que lo ve improbable: los gobernadores “están mucho más cerca del Gobierno que de la oposición”, por necesidades financieras y de gestión. Según explicó, tras meses de intensa actividad legislativa, la agenda del Congreso quedó dominada por el oficialismo después del último resultado electoral.
Los gobernadores, afirmó, están priorizando la búsqueda de fondos, especialmente en un año par: “En el año par los gobernadores lo que buscan son fondos”. Agregó que las leyes que se discutirán —laboral, tributaria y presupuesto— serán claves para las provincias.
La ley laboral inexistente y el peso del acuerdo con Estados Unidos
Rodríguez Saráchaga destacó que existe una fuerte discusión pública sobre una reforma laboral que todavía no está redactada. “No es que no se conoce la ley laboral: no existe”, enfatizó. Explicó que hay dos anteproyectos que aún no fueron unificados y criticó que se discutan derechos que no van a afectarse en los contratos vigentes.
Para las provincias, señaló, el acuerdo con Estados Unidos representa una oportunidad clave: apertura a inversiones, llegada de capital y desarrollo minero. Ironizó sobre ciertos temores alrededor de la explotación de recursos naturales: “No se van a llevar los glaciares”, comentó, mencionando comparaciones con la minería en Chile.
En ese contexto, afirmó que los gobernadores priorizarán ingresos antes que debates ideológicos: en años impares buscan votos; en años pares, dinero para obras y gestión. De cara al 2026, anticipó múltiples acuerdos y un 2027 marcado por “pases de factura”.
Por último, confirmó que el Gobierno ya inició contactos con el nuevo triunvirato de la CGT para discutir la reforma laboral: fue convocada la mayoría de sus integrantes para avanzar en una negociación directa.