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Se anunciaron avances sobre una vacuna experimental contra la mastitis bovina, una enfermedad que afecta al sector lechero

La investigadora del CONICET, Cecilia Camussone, explicó en qué consiste la vacuna: “Nuestro enfoque es diferente, en vez de utilizar el microorganismo completo, usamos solo algunas partecitas del microorganismo”.

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Cecilia Camussone: “La mastitis, por definición, es una inflamación de la glándula mamaria de los bovinos lecheros" | Cedoc Perfil

La investigadora del CONICET e integrante del INTA Rafaela, Cecilia Camussone, explicó en Canal E los avances en el desarrollo de una vacuna experimental contra la mastitis bovina, una enfermedad que causa grandes pérdidas productivas en el sector lechero.

La mastitis es una de las principales enfermedades que afectan a los tambos argentinos. “La mastitis, por definición, es una inflamación de la glándula mamaria de los bovinos lecheros que puede darse por distintas causas. Por lo general es por infecciones y la mayoría son infecciones de tipo bacteriana”, explicó Cecilia Camussone.

Cuál es el proceso de la mastitis bovina

Asimismo, detalló el proceso: “Cuando la bacteria ingresa a la glándula mamaria, las defensas inmunes del animal se movilizan desde la sangre hacia la leche. La leche aumenta su contenido de células del sistema inmune, lo que se conoce como recuento de células somáticas, y eso altera la calidad de la leche”.

Camussone señaló que existen distintos tipos de infecciones: “Hay infecciones, por ejemplo, como las del Staphylococcus aureus, que es la bacteria con la que trabajamos nosotros, que por lo general son de tipo subclínica, porque el animal no tiene síntomas visibles”.

Los síntomas de la enfermedad

Sobre la misma línea, agregó que, “otras bacterias sí pueden causar signos clínicos donde ya la leche está más alterada y además se pueden ver signos de enrojecimiento, inflamación del cuarto mamario y hasta, en algunas veces, decaimiento del animal”.

La entrevistada encabeza el equipo del INTA Rafaela, que trabaja en conjunto con la Universidad Nacional del Litoral y el CONICET. “Hace ya unos años empezamos a trabajar en el desarrollo de una vacuna. Nuestro enfoque es diferente, en vez de utilizar el microorganismo completo, usamos solo algunas partecitas del microorganismo”, explicó.

“Sabemos que son partecitas importantes que el microorganismo usa, y consideramos que si las ponemos en la vacuna, el animal va a poder generar una respuesta inmune contra esas partecitas y reducir la capacidad de infección”, destacó.