En conversación con Canal E, Sebastián Di Doménica, analista internacional, explicó cómo la inteligencia artificial (IA) se convirtió en protagonista inesperada de la COP 30 en Brasil, al debatirse su potencial como herramienta ambiental y su impacto negativo en el consumo energético y la desinformación.
La IA en el centro del debate climático
La COP 30, cumbre global sobre cambio climático que se celebra en Brasil, sorprendió al incluir la inteligencia artificial entre sus principales ejes de discusión. Según el analista internacional, “la IA puede ser una gran aliada para generar políticas y estrategias que reduzcan el calentamiento global”.
El especialista explicó que, pese a que Estados Unidos no participa este año debido a la postura climática del gobierno de Trump, la inteligencia artificial se volvió tema clave entre gobiernos, empresarios y científicos. “Uno podría pensar que la IA no tiene un rol en lo medioambiental, pero hoy es foco central porque puede ser tanto una aliada como una amenaza”, señaló.
Entre los aspectos positivos, Di Doménica destacó que la IA permite optimizar recursos energéticos en las industrias, impulsar la agricultura de precisión y mejorar los modelos climáticos predictivos. “La inteligencia artificial puede racionalizar el uso de energía y del agua, anticiparse a fenómenos extremos y reducir el uso de herbicidas”, explicó.
Para los países del sur global —los más afectados por el cambio climático—, estos avances pueden significar una diferencia crucial. “Si hay posibilidades con la IA de adelantarse, sería de gran utilidad”, enfatizó el especialista.
Una herramienta poderosa, pero también riesgosa
Sin embargo, no todo es optimismo. Di Doménica advirtió que la inteligencia artificial también plantea amenazas ambientales y sociales. En primer lugar, mencionó el elevado consumo energético y de agua de los grandes centros de datos donde operan los sistemas de IA. “Todavía no está claro cómo se van a hacer más eficientes esos centros de datos, que gastan muchísima energía y agua”, alertó.
Además, subrayó el riesgo que representa la IA en la generación de desinformación. Tal como expuso el presidente brasileño Lula da Silva en la apertura de la COP, los algoritmos y las herramientas de IA pueden amplificar los discursos negacionistas del cambio climático. “La inteligencia artificial es una máquina muy sofisticada para generar desinformación”, recordó Di Doménica.
Por eso, insistió en la necesidad de lograr un equilibrio entre la innovación y la sostenibilidad. “Tenemos un lado muy luminoso de la inteligencia artificial, pero un lado también muy complicado. Hay que buscar el equilibrio”, concluyó.
La COP 30, sin la presencia estadounidense, se desarrolla así en un escenario donde la inteligencia artificial emerge como uno de los temas más desafiantes del futuro inmediato, capaz de redefinir las estrategias globales frente al cambio climático