Cuando dos gigantes bailan, el mundo entero se sacude. La decisión de Microsoft de hacerse con la división de celulares de Nokia tomó por sorpresa a más de uno en el mundo tecnológico, ya que replantea el equilibrio de poder del dinámico mercado móvil. Cuando el gigante finlandés de 148 años parecía tambalear, Microsoft decidió ir más allá de la alianza que había establecido con él y tomó la decisión de comprar la división de dispositivos y servicios de Nokia por unos US$ 7.200 millones. El comunicado oficial de la empresa de Redmond indica que “Microsoft adquirirá sustancialmente todos los negocios de dispositivos y servicios, así como licencia de patentes, y licencia y uso de los servicios de mapas de Nokia”.
La principal estrategia de Microsoft queda clara: apunta a hacer pie en la desigual batalla que lleva adelante en el mundo móvil, con su Windows Phone muy lejos de Android de Google y iOS de Apple. No es para menos: Apple y Google tienen el 86% del mercado de smartphones y Windows Phone apenas el 3,7%. Hay otras razones para explicar la adquisición. Una de ellas es la de acelerar los tiempos, en épocas donde todo es vertiginoso. Microsoft necesita fomentar ya las ventas de su sistema operativo Windows Phone, porque varios de sus partners ya dejaron esbozar que lo abandonarían al no tener los resultados económicos esperados.
Además, a la empresa de Redmond le sirve tener una marca propia de hardware para vender su producto, a pesar de que Nokia hace rato que dejó de ser la compañía número uno en celulares (actualmente tiene 15% del mercado de celulares y sólo 3% de smartphones). La nueva movida puede darle una nueva fuerza, al posicionarse como una sola marca.
El analista Enrique Carrier, director de la consultora Carrier & Asociados, sostuvo en diálogo con PERFIL que no va a haber demasiados cambios, por lo menos no en lo inmediato: “Microsoft está en un proceso de transición, pasando de ser una compañía de software a una de hardware y servicios”.
Estos cambios, precisamente, no permiten vislumbrar cuáles serán los resultados de esta compra: “Hasta el año que viene, por lo menos, habrá una gran incógnita para ver cómo sale todo para ambas empresas. No siempre son exitosos los modelos integrados, pero Microsoft ahora pasa a tener una estrategia más sólida, completa, en materia de celulares”, agregó Carrier.
Como consecuencia de la compra, los modelos Lumia y Asha que saldrán de aquí en más llevarán el nombre de marca de la empresa fundada por Bill Gates. El anuncio de la compra de Nokia llegó menos de dos semanas después de la renuncia de su CEO, Steve Ballmer. Pasará todo un año para que su reemplazante se haga con las riendas de la empresa. ¿Podrá ser Stephen Elop, líder de Nokia, el sucesor natural de Ballmer? “Microsoft necesita alguien que sea de la generación móvil, que entienda el cambio de rumbo de la empresa y hacia dónde apunta el mercado actual”, sostuvo Carrier.