Es uno de los principales hombres a quien escuchar si de tecnología del futuro se trata. Su pasado como gurú del gigante Apple y su trabajo de más 35 años como innovador digital transformaron al hawaiano Guy Kawasaki en un referente global, un visionario. Introdujo la idea de “evangelización” en el ámbito corporativo, referida a las relaciones con las personas y la excelencia de los productos. Autor de una decena de best sellers, Kawasaki rompe récords en Twitter, donde más de 1,5 millón de personas sigue su caudalosa participación diaria. Su último libro, Encantar, el arte de cambiar corazones, mentes y acciones, es una biblia del emprendedor tech.
Con una camisa negra con dibujos de color flúo y una sonrisa constante que parece “pegada” en su rostro, Kawasaki habló con PERFIL sobre el futuro de los dispositivos móviles durante la presentación del Moto X, el primer teléfono de Motorola bajo la era Google, que llegará en octubre al país y con el que el usuario puede interactuar con sólo dar una orden.
—¿Deberíamos estar preocupados por el excesivo uso que hacemos de la tecnología?
—Probablemente. Pero también está empoderando a las personas para hacer cosas que no hubieran podido hacer sin la tecnología. Posibilita nuevas relaciones y creo que lleva más información a quienes más lo necesitan. Me quedo con su parte positiva.
—¿Cree que es inevitable el camino hacia la tecnología que se viste, como anteojos o relojes inteligentes?
—Sí, veo cada vez más dispositivos que se llevan en el cuerpo y lo veo muy eficiente y deseable, pero no estoy seguro de cómo avanzará la tecnología que se implanta en el organismo. No soy un adepto de la idea ni un especialista en la materia, pero es un camino muy probable.
—Es uno de los responsables del diseño de Motorola. ¿Cómo es el proceso creativo? ¿Estudia a las personas como un antropólogo y encuentra sus necesidades?
—Sería un insulto a los antropólogos (risas). Más bien, hago el camino inverso y les digo a los de Motorola lo que creo que deberíamos imaginar para esas personas antes de que lo necesiten.
—¿Seguiremos usando teclados en diez años?
—En diez años probablemente sí, pero en veinte años las interfases serán otras, más orientadas a las personas, más simples y transparentes con la vida cotidiana. La voz y los gestos seguirán ganando protagonismo.
—¿Cuál será la siguiente revolución del mundo móvil?
—Si lo supiera... creo que la revolución que estamos empezando es la de la interacción muy fluida con los dispositivos. Hablarles, moverlos, que ellos aprendan sobre nosotros y puedan anticiparse a nuestras necesidades. Habrá mucho
en ese sentido en los próximos años.