La pandemia del coronavirus provocó que millones de personas permanezcan en sus casas por la cuarentena y la circulación y actividad humana tuvo una importante baja. Esto provocó que las medidas contra el COVID-19 hagan que la Tierra vibre menos.
Con casi nula gente caminando por las calles ni autos circulando y hasta con empresas cerradas momentáneamente, el sismólogo del Observatorio Real de Bélgica, Thomas Lecocq, encontró un nuevo fenómeno que sucede en la Tierra. Es que esto provocó que se reduzca lo que los geólogos llaman el "ruido sísmico" generado por los humanos. Este fenómeno es resultado de las actividades diarias, sobre todo en las grandes ciudades.
Según estimaron los especialistas, lo que está sucediendo ahora se puede comparar con que varias personas que salten sobre un colchón y de repente todas se detengan. Desde que se implementaron las medidas de aislamiento, hace alrededor de tres semanas, el sismólogo comenzó a notar que sus instrumentos marcaban una drástica disminución de las vibraciones. "Todo está calmado y las estaciones sísmicas también sienten esa tranquilidad", expresó Lecocq a BBC Mundo.
Séismologie "sociale": https://t.co/PRgK86eJXT
— Seismologie.be (@Seismologie_be) March 27, 2020
Paris is QUIET ! good job!!! https://t.co/paHEdwlnmx
— Thomas Lecocq (@seismotom) April 4, 2020
En primera instancia, el sismólogo notó el efecto en Bruselas, pero luego de publicar sus mediciones, comenzó a recibir reportes de que algo similar está ocurriendo en varias partes del mundo. Es más, consignó que en estas tres semanas el ruido sísmico se redujo cerca de un tercio. "Diariamente está a niveles como los de los días en torno a Navidad, cuando las escuelas están cerradas y la gente está en casa", dice Lecocq.
Lo mismo está sucediendo Zurich, Londres, París, Los Ángeles, Japón, Italia, Costa Rica y Chile ya que sismólogos también reportaron estas reducciones en las vibraciones. "Las estaciones sísmicas muestran que la gente de verdad está en casa y está haciendo vibrar menos la Tierra", dijo Lecocq. Este resultado es una buena noticia para los sismólogos porque con más silencio pueden detectar otros movimientos menores que antes no los podían observar con claridad. "Podemos notar más sismos pequeños y mejorar los estudios de la corteza, porque hay menos ruido y la calidad de la señal es mejor", aseguró.
"Como sismólogos estamos siendo testigos de la buena voluntad de la gente de respetar las medidas. Cada ser humano piensa que lo que hace no tiene importancia, pero cuando millones de personas lo hacen al mismo tiempo, entonces la superficie de la Tierra lo nota. Espero que sigamos quedándonos en casa y respetando las reglas para salir juntos de esto", concluyó el especialista.
ED / MC / DS