Para el miércoles 10 de diciembre, la radiación solar será crítica. El Índice UV máximo pronosticado para la Ciudad de Buenos Aires y Conurbano bonaerense alcanzará el nivel 11, considerado "Extremo" por la escala mundial. Este valor implica un riesgo muy alto de quemaduras en minutos y hace imprescindible tomar precauciones máximas para proteger piel y ojos de 10 a 16 hs.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) advierte sobre niveles de radiación peligrosos en todo el país. Regiones del Centro y Norte de Argentina, incluyendo zonas de Cuyo y Litoral, verán índices UV que oscilarán entre "Muy Alto" (8-10) y "Extremo" (11+). Estas condiciones, típicas del verano, exigen extremar las precauciones de salud para evitar daños irreversibles por la intensidad del sol.
Qué es el índice UV y por qué es importante para la salud
El Índice Ultravioleta Solar Mundial (IUV) es una herramienta de medición estandarizada que describe el nivel de radiación ultravioleta solar (RUV) que alcanza la superficie terrestre. Establecido y promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial, el IUV se expresa en una escala de valores que va de 1 (riesgo bajo) a 11 o más (riesgo extremo), siendo su función principal comunicar de forma sencilla el riesgo asociado a la exposición solar.

El IUV es un parámetro crucial porque un valor de 3 o superior ya requiere la adopción de medidas de protección. El valor del índice se correlaciona directamente con la intensidad del daño que puede sufrir la piel y los ojos, y con el tiempo que tarda en producirse. Al conocer el IUV, que depende de factores como la altura del sol, la altitud, la nubosidad y la capa de ozono, los ciudadanos pueden planificar sus actividades al aire libre y tomar las precauciones adecuadas, actuando como una herramienta preventiva vital.
El peligro de los rayos ultravioletas del sol para la salud
La radiación ultravioleta (RUV), proveniente del sol, es un carcinógeno conocido. La exposición excesiva es el principal factor de riesgo para el desarrollo de cáncer de piel, incluyendo el melanoma, la forma más grave. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la OMS señalan que, si bien una exposición controlada es necesaria para la síntesis de vitamina D, la sobreexposición daña el ADN de las células cutáneas, causando fotoenvejecimiento, quemaduras y alteraciones en el sistema inmunitario.
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Además del riesgo oncológico, la RUV también genera graves daños a nivel ocular. La exposición crónica se asocia con el desarrollo de cataratas, que es la principal causa de ceguera reversible a nivel mundial, y otras afecciones como el pterigión y la queratitis. Las organizaciones sanitarias advierten que, incluso en días nublados o durante el invierno, la radiación UV puede ser lo suficientemente intensa como para causar lesiones, haciendo indispensable el uso constante de protección.
Ante índices UV catalogados como "Muy Alto" (8-10) o "Extremo" (11+), la principal recomendación de la OMS es evitar la exposición al sol durante las horas centrales del día, generalmente entre las 10:00 y las 16:00. Si la salida es inevitable, se debe buscar la sombra. La vestimenta es la primera barrera protectora, por lo que se aconseja utilizar ropa de tejido tupido, mangas largas y pantalones, y un sombrero de ala ancha que cubra el rostro, las orejas y el cuello.
Es fundamental complementar la protección con accesorios y cremas. La OMS y la OPS insisten en el uso de gafas de sol envolventes que garanticen una protección del 99% al 100% contra los rayos ultravioleta A y B. En las áreas expuestas de la piel, se debe aplicar generosamente un protector solar de amplio espectro (FPS 30 o superior). Además, se debe recordar que los bebés y niños pequeños requieren una protección especial y deben permanecer siempre a la sombra.