El presidente Fernández expresó en su exposición en el Brics que quiere terminar con la pobreza extrema en la Argentina para emular el logro de Xi Jinping, quien dio por cumplida esa meta el año pasado. La frase tuvo el propósito de halagar al anfitrión y generar compasión pero no refleja la realidad y las diferencias de los parámetros utilizados para medir la pobreza en ambos países.
China ha hecho un enorme progreso en la disminución de la pobreza en los últimos “cuarenta años del maldito neoliberalismo” pero todavía no solucionó sus problemas de país en desarrollo para alcanzar el nivel de desarrollado. Un estudio reciente coordinado por el Centro Internacional del Desarrollo de China (CIKD) y el Banco Mundial para analizar este tema aclara que se utilizó el umbral de 1,90 dólares diarios para medir la pobreza extrema. Esto equivale a 57 dólares mensuales que al dólar Pesce-Guzmán representan 7.410 pesos o 13.680 pesos al CCL.
Al finalizar la Revolución Cultural, el 88% de la población de China vivía en condiciones de extrema pobreza. La transformación económica diseñada por Deng Xiaoping permitió un rápido crecimiento y provocó el paulatino ascenso del nivel de vida de la población. El número de personas que salieron de la pobreza está estimado en 800 millones y explica el 70% de la reducción a nivel mundial. El estudio sostiene que estos resultados estuvieron basados en política de crecimiento y estabilidad macroeconómica pero también en una exitosa coordinación de los organismos de gobierno. Las reformas comenzaron en la agricultura, con una mejora de la productividad e incentivos de mercado. El estudio dice que “el desarrollo de industrias trabajo intensivas fue una fuente de empleo para los trabajadores que dejaban el sector agrícola”. También estuvo acompañado por inversiones en infraestructura y una creciente urbanización donde encontraban mayores oportunidades.
El trabajo sostiene que la política de reducción de la pobreza continuará apoyándose en el desarrollo y creación de empleos. El Gobierno dará prioridad a la ocupación y al acceso a servicios de calidad y solo utilizará la ayuda social como un complemento para mitigar la situación de los sectores más vulnerables. El análisis sugiere cambiar los parámetros que definen ahora los niveles de pobreza considerando que China ya constituye un país de desarrollo intermedio, con un ingreso promedio de 10 mil dólares, similar al de Argentina, apenas superior al de Brasil y significativamente menor al de Chile. El parámetro para países de ingresos medios es 5,5 dólares diarios, equivalentes a 165 dólares mensuales.
El Indec mide la pobreza según la canasta básica de los hogares. El 27,9% de los hogares correspondientes al 37,3% de las personas está por debajo del nivel de pobreza, de los cuales 6,1% de hogares u 8,2% de personas se encuentran debajo de la línea de indigencia. La canasta básica (indigencia) para un adulto en abril era de 13.762 y la canasta básica total (pobreza), 30.828 pesos. Estos datos equivalen a 125 y 280 dólares al cambio oficial. La Argentina mide sus niveles de pobreza con índices más exigentes a los utilizados en China.
China se encuentra aún muy lejos de haber eliminado la pobreza como se entiende en este lado del mundo. Xi Jinping propuso alcanzar un ingreso per cápita de país desarrollado moderado, aumento de la clase media y “modernización socialista” recién para 2035. Estos objetivos requieren mantener una tasa de crecimiento superior al 5% en un escenario mundial que dejó de ser favorable ante la política de expansión militar en el Mar de China implementada desde 2012 para consolidar su liderazgo en el PCCh. La situación social de China merecería un análisis que superara lo anecdótico para evitar afirmaciones que, si bien pueden parecer simpáticas, no se condicen con la realidad.
*Diplomático.