No se puede ignorar la relación entre la reciente reunión de ministros de Relaciones Exteriores del Brics y la convocatoria de la Cumbre de las Américas entre el 6 y el 10 de junio. La reunión de presidentes del Brics está fijada para el 24 de junio. Mientras China celebró la reunión de cancilleres previendo que también será exitosa la de los mandatarios, los Estados Unidos enfrentan serias dificultades e incluso rechazos anticipados por las condiciones para participar de la convocatoria.
China invitó a la reunión de cancilleres a la Argentina, Egipto, Indonesia, Kazajstán, Nigeria, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Senegal y Tailandia, y se espera que concurran también el 24 de junio ante las posibilidades de que el organismo modifique su configuración e incorpore nuevos miembros convirtiéndose en un “Brics plus”.
El Brics, originalmente integrado por Rusia, Brasil, China e India, surgió en 2006 con el propósito de equilibrar las negociaciones con los países desarrollados, y en especial con Estados Unidos y Europa; Sudáfrica se incorporó en 2010. La Declaración de los Ministros, en su punto 5, menciona la necesidad de una mayor participación de los países emergentes y economías en desarrollo en las instituciones de gobernanza global, incluyendo la ampliación del Consejo de Seguridad, solidarizándose con las aspiraciones de Brasil, India y Sudáfrica para asumir un papel protagónico en las Naciones Unidas.
Los países de América Latina priorizan la unidad sobre aspiraciones democráticas
El punto 11 de la Declaración hace un llamado al diálogo entre Rusia y Ucrania y señala que la posición de los miembros está reflejada en las votaciones del Consejo de Seguridad y la Asamblea General de las Naciones Unidas. Si bien la redacción híbrida del párrafo refleja las dificultades para encontrar un consenso, la presencia de Rusia, apoyada por China, implica una posición condescendiente con la agresión a Ucrania. El párrafo 7 también recalca que “el G20 debe permanecer intacto” como respuesta a la pretensión de los Estados Unidos de expulsar a Rusia del organismo.
El presidente Biden decidió invitar a la Cumbre solo a los países democráticos, excluyendo a Cuba, Nicaragua y Venezuela, continuando con la política seguida para la Cumbre por la Democracia de diciembre del año pasado, y también en la caracterización del conflicto Rusia-Ucrania como un enfrentamiento entre democracia y totalitarismo. El presidente López Obrador decidió liderar la oposición a la Cumbre después de su viaje a Cuba, donde recibió la Orden José Martí, criticó el embargo y se ofreció de interlocutor con los Estados Unidos. La solicitud de López Obrador de incluir a todos aparece como una provocación porque sabe que Biden no puede ceder en uno de los ejes centrales de su política internacional.
La Argentina, El Salvador, Bolivia y Chile se han sumado a la posición de México. Tampoco se espera que concurra el presidente Bolsonaro a pesar de que asistió a la Cumbre por la Democracia y la Reunión de Alto Nivel con Estados Unidos, que tuvo lugar a principios de abril en Brasilia. La ausencia de estos países no solo señalará un retroceso en la relación de Estados Unidos con América Latina y el Caribe sino que implicará un desaire para el presidente Biden que será utilizado en su contra durante la campaña electoral.
Los países de América Latina y el Caribe han entrado en una etapa donde priorizan la unidad sobre las aspiraciones democráticas. Ahora se reiteran principios de no intervención y respeto al derecho de cada pueblo de elegir su forma de gobierno como si realmente tuvieran oportunidad de hacerlo en regímenes donde no existe la libertad de elección. China se encargará de exhibir la reunión del Brics como una alternativa a la Cumbre de las Américas en un momento en que se necesita profundizar el aislamiento del agresor para lograr el cese de las hostilidades y respetar la soberanía, independencia e integridad territorial del país invadido.
*Diplomático.