Cercano el Día del Periodista en la Argentina, sugiero a los lectores de PERFIL que no olviden que en Ucrania sigue la invasión. Por eso esta columna.
“Frédéric Leclerc-Imhoff, de 32 años, ha pagado con su vida la búsqueda de información fiable, honesta, independiente, vital para nuestras democracias. El trabajo de los periodistas sobre el terreno (en Ucrania) es esencial para contrarrestar la propaganda”. Lo dijo un par de días atrás Christophe Deloire, secretario general de Reporteros Sin Fronteras (RSF, una organización con sede en París que lucha por la integridad y la libertad personal y profesional de periodistas de todo el mundo). Agregó:
Leclerc-Imhoff trabajaba como camarógrafo para la cadena informativa francesa BFMTV y se encontraba en la parte delantera de un vehículo que formaba parte de un convoy humanitario en Lisichansk (inmediaciones de Severodonetsk) cuando fue impactado en el cuello por la explosión de un obús, que atravesó el parabrisas blindado del vehículo. Estaba cumpliendo su misión: grabar una operación de evacuación de una decena de civiles desde el frente del este hacia territorios más seguros. Junto a Leclerc-Imhoff (calificado por la agencia de noticias rusa Tass como “un mercenario” al servicio de “fuerzas de extrema derecha de Ucrania”) viajaban su compañero de BFMTV, Maxime Brandstaetter y la fixer ucraniana Oksana Leuta, ambos heridos leves. La función de fixer es facilitar con información y traducciones la tarea de los periodistas en la zona de acción bélica.
RSF “ha contabilizado cincuenta actos susceptibles de ser considerados crímenes de guerra, que afectan a unos 120 periodistas. La organización ha interpuesto el 27 de mayo su quinta denuncia ante la Corte Penal Internacional (CPI) y ante la Fiscalía General de Ucrania, y continúa analizando los ataques contra reporteros”.
Según la ONG Campaña Emblema de Prensa (PEC, por su sigla en inglés) la muerte del camarógrafo francés se suma a las de otros 21 periodistas o corresponsales de guerra asesinados –afirma la fuente– desde que comenzó la invasión. El primero del que PEC tuvo noticia fue Dilerbek Shakirov, del semanario ucraniano A tu alrededor, muerto por disparos de soldados rusos en un control en las afueras de la ciudad de Jersón el 26 de febrero, dos días después del inicio de la invasión.
Otros casos de asesinatos, muertes por bombardeos o acciones de los invasores que afectaron a profesionales de este oficio:
- Eugene Bel, veterano periodista de 78 años, murió en las cercanías de Mariupol el 2 de abril, después de ser secuestrado y torturado por militares rusos durante tres días.
- Oksana Baulina fue asesinada el 23 de marzo en Kiev por un dron kamikaze que contenía un explosivo, según su agencia de noticias, The Insider, medio de comunicación de investigación online ruso con sede en Letonia.
- El 14 de marzo, dos periodistas de Fox News –Pierre Zakrewski, camarógrafo, y la fixer Olexandra Khuvshinova– murieron bajo el fuego de la artillería en Horenka, cerca de Kiev.
- Brent Renaud, documentalista estadounidense de 51 años, que había colaborado en varias ocasiones con el New York Times, recibió un disparo en la nuca mientras conducía su coche en Irpin, ciudad al noroeste de Kiev, el 13 de marzo.
- El 1º de marzo, Evgeny Sakun, camarógrafo ucraniano que trabajaba para el canal local Kyiv Live TV, murió cuando los misiles rusos alcanzaron la torre de televisión de Kiev.
- El 23 de marzo, tropas rusas tomaron como rehén al padre (75 años) de la periodista Svitlana Zalizetska en la ciudad de Melitopol, al sureste del país. Como condición para su liberación, pedían que Zalizetska –directora del principal periódico de la ciudad, Golovna Gazeta Melitopola, y del diario digital RIA-Melitopol– informase al ejército ruso. La periodista se negó y su padre fue puesto en libertad.